¡Vamos, joven
perezoso, fíjate en la hormiga! ¡Fíjate en cómo trabaja, y aprende a ser sabio
como ella! La hormiga no tiene jefes, ni capataces ni gobernantes, pero durante
la cosecha recoge su comida y la guarda. Jovencito perezoso, ¿cuánto más
seguirás durmiendo?, ¿cuándo vas a despertar? Te duermes un poco, te tomas la
siesta, tomas un descansito y te cruzas de brazos... ¡Así acabarás en la más
terrible pobreza! Proverbios 6:6-11
¿Quién habrá
inventado el trabajo? Es lo que muchos se preguntan, creyendo que el trabajo es
una maldición. Sin embargo, tener un trabajo, es lo más gratificante que puede
ocurrirle a una persona, porque a través de eso consigue los recursos que
necesita, para el sostén propio y el de
su familia si es que ya la tiene.
Realizar una tarea
diaria también hace que vaya incorporando en la práctica, los conocimientos y
aprendizaje teórico, que va recibiendo a través de las distintas enseñanzas y
consejos de las personas que lo rodean. Además va descubriendo sus capacidades
y talentos que lo irán acompañando a lo largo de su vida, y así encontrar su
vocación de servicio laboral o profesional.
Es emocionante ver
como adolescentes y jóvenes tienen creatividad al realizar distintos
descubrimientos, para ayudar inclusive a personas con capacidades reducidas.
Así que, ¡Manos a la obra! A trabajar, porque eso es una BENDICIÓN.
Los abraza en
Cristo. P. Sosa.
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