Dios
bendice a los que cuidan de los pobres, y los pondrá a salvo cuando vengan las
dificultades. Los
cuidará y les dará vida, los hará vivir felices en la tierra prometida y no
dejará que sus enemigos les hagan ningún daño. Cuando se enfermen, Dios les dará fuerzas y les
devolverá la salud. Salmo 41
Es maravilloso confiar en Dios y
hacer el bien, porque eso hace que también nosotros estemos bien, con buena
salud física, emocional y espiritual.
Todas las personas anhelan estar
bien y que nada les pase, pero no todas están dispuestas a ocuparse de los
demás. Justamente ahí es donde se equivocan, porque el ocuparse de la necesidad
del prójimo hace que Dios se ocupe de nosotros, dándonos todo lo necesario para
estar en condiciones de ayudar al necesitado físico, emocional o espiritual.
Estar bien no significa que nada
malo nos ocurre, sino más bien es saber que a pesar de todo lo que nos pueda
estar sucediendo, siempre habrá algo que podamos hacer en beneficio de los
demás, y eso fortalece el ánimo. Tratando al prójimo como me gustaría que me
traten, eso me libera de angustias y preocupaciones.
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