jueves, 2 de septiembre de 2021

Consejos sabios para una vida recta.

 

Querido jovencito: Atiende a tu padre cuando te llame la atención, y muestra respeto cuando tu madre te enseñe. Sus enseñanzas te adornarán como una corona en la cabeza, como un collar en el cuello. Querido jovencito, si los malvados quieren que te portes mal, no te dejes llevar por ellos. Tal vez te digan: Ven con nosotros, ataquemos al primero que pase y quitémosle lo que traiga. Si se muere, que se muera, y que se lo coman los gusanos. ¡Matemos por el gusto de matar! Con lo que robemos, llenaremos nuestras casas y nos haremos ricos.  ¡Júntate con nosotros, y juntos nos repartiremos todo lo que ganemos!  ¡Pero no lo hagas, jovencito! ¡No sigas su mal ejemplo! ¡No dejes que te engañen!  ¡Tal parece que tienen prisa de hacer lo malo y de matar gente!  Ningún pájaro cae en la trampa si ve a quien lo quiere atrapar. Pero estos malvados juegan con su vida y acabarán por perderla.  Acabarán muy mal los que quieren hacerse ricos sin importarles cómo lograrlo: ¡acabarán perdiendo la vida! Proverbios 1:8-19

 Vivimos en una sociedad que se va deteriorando vertiginosamente, y una gran mayoría piensa, que eso es un problema que el gobierno debe solucionar. Es verdad, las autoridades deben proveer las herramientas necesarias a la justicia, para que esta actúe frente al desorden, la violencia e injusticia que haya. Pero, también es cierto que la verdadera educación y formación se debe recibir en el hogar, los progenitores son los responsables de instruir a sus hijos en el camino del bien.

La escuela, y el colegio están para la enseñanza académica, apoyando a los padres en la instrucción del individuo, ayudando a descubrir las capacidades y talentos de cada persona con el propósito de fortalecer los mismos, para el bien propio y de la sociedad. 

Por lo tanto no hay que esperar todo del gobierno y las autoridades para tener una sociedad libre de violencia o injusticia, sino que cada ciudadano debe hacer su parte, aportando con su conducta y acciones, el ambiente de entendimiento necesario para una vida pacifica en el hogar, el trabajo, la vía pública y todo ámbito donde se mueva. La respuesta amable calma el enojo; la respuesta violenta lo excita más.

Esa conducta, da autoridad para corregir a quienes se equivoquen en su comportamiento diario, y pueden ayudar al que quiera regresar del mal camino que están transitando, y no sabe cómo encaminarse nuevamente. Salir de una mala decisión tomada solo, no es fácil, pero con un buen acompañamiento de consejos sabios, y paciencia de parte del consejero, resulta más fácil.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario