La sabiduría se deja oír por calles y avenidas. Por las esquinas más transitadas y en los lugares más concurridos se le oye decir con insistencia: Ustedes, jovencitos sin experiencia, enamorados de su propia ignorancia; y ustedes, jovencitos malcriados, que parecen muy contentos con su mala educación, ¿seguirán siendo siempre así? Y ustedes, los ignorantes, ¿seguirán odiando el conocimiento? ¡Háganme caso cuando los instruya! Así compartiré con ustedes mis enseñanzas y pensamientos. Yo los llamo, pero ustedes no me responden; les hago señas, pero ustedes no me hacen caso. Rechazan todos mis consejos, y desobedecen mis regaños. ¡Pues yo también me burlaré cuando estén llenos de miedo, y se queden en la ruina! Será como si los arrastrara el viento o les cayera una tormenta. Me llamarán, y no les responderé; me buscarán, y no me encontrarán.
viernes, 3 de septiembre de 2021
La sabiduría llama a los que quieren aprender
Ustedes no quieren aprender ni obedecer a Dios; no siguen mis consejos, ni aceptan mis enseñanzas. Por eso recibirán su merecido: ¡tendrán problemas de sobra! ¡Sufrirán las consecuencias de sus malas decisiones y de su mala conducta! ¡Acabarán siendo destruidos por su necedad y por su poca atención! Pero los que me hagan caso vivirán tranquilos y en paz, y no tendrán miedo del mal. Proverbios 1:20-33
La sabiduría ¿Está al alcance de todos? ¿Cualquiera puede ser sabio? ¿Solo unos pocos? ¿Quiénes? Es importante encontrar la respuesta a este interrogante, porque es ahí donde la persona, enfocará la búsqueda del camino a la sabiduría y si es posible hallarla para incorporar a su vida.
Creo que a todos nos gustaría ser sabios, es más, algunos se creen tan sabios que ya no están dispuestos a seguir aprendiendo ni dejar que nadie les enseñe. Eso es muy triste, porque con esa actitud lo que manifiestan es su necedad, que es lo contrario de la sabiduría.
La sabiduría está al alcance de todos, pero no todos la encuentran, ¿por qué? por la sencilla razón de no querer escuchar y no aceptar la corrección que alguien le pueda hacer. No aprendió a observar a su alrededor para descubrir, la riqueza de enseñanza de vida que lo rodea, viendo las distintas manifestaciones de necedad y sabiduría en cada paso, para apreciar la diferencia entre un sabio y un necio. Eso le permite elegir que comportamiento quiere para sí mismo.
En cambio, toda persona que quiera tener una vida diferente al resto, se esfuerza en buscar y hallar la sabiduría, no para ostentar de su conocimiento, sino para vivir adecuadamente, reconociendo su necesidad de aprender en todos los órdenes de la vida, y eso continuamente, porque cuando más se sabe, se da cuenta que más se necesita aprender, entiende que el aprendizaje es algo que no tiene fin.
Por sobre todo hay que reconocer que es Dios quien da la sabiduría, la verdadera sabiduría, esa que nos impulsa a lo bueno, a lo saludable, a lo correcto. La biblia dice con respecto a todos aquellas personas que tienen a Cristo en su vida, esto. Dios los ha unido a ustedes con Cristo, y gracias a esa unión ahora ustedes son sabios. 1 Corintio 1:18-31. ¡Esto es una muy buena noticia! Estar unidos a Cristo nos hace sabios. ¡Unamos no a Él!
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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