Querido jovencito, escucha bien lo que te digo. Grábate bien mis enseñanzas,
y no te apartes de ellas, pues son una fuente de vida para
quienes las encuentran; son el remedio para una vida mejor. Y sobre todas las
cosas, cuida tu mente, porque ella es la fuente de la vida. No te rebajes
diciendo
palabras malas e indecentes. Pon siempre tu mirada en lo que
está por venir. Corrige tu conducta, afirma todas tus acciones. Por nada de
este mundo
dejes de hacer el bien; ¡apártate de la maldad! Proverbios
4:20-27
¡La buena
enseñanza nunca pasa de moda! En todo tiempo acompaña a la persona que la
recibe, y jamás conduce a lo malo, ni tampoco hacia la maldad. Es por eso que
sirve como protección a quienes permanecen en ellas. La buena enseñanza lleva a
considerar acciones, conductas y comportamientos en la persona con el fin de
hacer las correcciones necesarias, para mejorar, eso incluye también el
vocabulario diario. Teniendo presente esto cada persona, irá formando su
carácter y convicciones que le acompañará a lo largo de su vida en este mundo. Esos
principios y valores incorporados, nunca serán modificados por el entorno en el
cual se mueve, sino que servirá para que otros también puedan mejorar sus
conductas. La mejor manera de conservar las buenas enseñanzas recibidas, para
continuar haciendo el bien, sin caer en la tentación de ir por el camino
equivocado, es a través de mantener buenos pensamientos, tratando de entender
situaciones que ocurren a su alrededor.
Los abraza en
Cristo. P. Sosa.
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