Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.
Más vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.
Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo.
Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis. 1 Tesalonicenses 5
En este pasaje de las Sagradas Escrituras, el apóstol Pablo está llamando a la reflexión a un grupo de creyentes, sobre el arrebatamiento de la iglesia, la segunda venida de Cristo y los acontecimientos de los últimos tiempos. Algo que Pablo ya había enseñado, pero que por algún motivo estaba siendo mal interpretado, causando algunos problemas espirituales y de entendimiento entre los hermanos en la fe.
En el presente, también nos exhorta a nosotros a estar enfocados en las Sagradas Escrituras con respecto a estos temas, dejando que el Espíritu de Dios nos de entendimiento, para no estar confundidos, ni distraídos, sabiendo quienes somos, en quien estamos, y cuál es el propósito de nuestra vida aquí y ahora.
De esta manera estaremos seguros y atentos a los acontecimientos actuales, esperando por nuestra salvación, manteniendo firme la fe y la esperanza en nuestro Señor Jesucristo, quien pago por nosotros el precio de nuestra redención, y que viene a buscarnos para que estemos siempre con él, librándonos de los juicios que vienen sobre los moradores de la tierra.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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