lunes, 6 de noviembre de 2023

Ministerio de Pablo hacia nosotros los no judíos, con respecto a la salvación.

Por esta razón yo, Pablo, estoy preso por causa de Cristo Jesús para bien de ustedes, los que no son judíos. Pues ya sin duda sabrán que Dios me ha encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. Por revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí brevemente. Al leerlo, pueden darse cuenta de que conozco este designio secreto realizado en Cristo, que no se dio a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. El designio secreto es éste: que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. Y yo he sido puesto al servicio de este mensaje por la bondad y la misericordia que Dios ha tenido conmigo, quien ha mostrado así su gran poder. Yo soy menos que el más pequeño de todos los que pertenecen al pueblo santo; pero él me ha concedido este privilegio de anunciar a los no judíos la buena noticia de las incontables riquezas de Cristo. Y me ha encargado hacerles ver a todos cuál es la realización de ese designio que Dios, creador de todas las cosas, había mantenido secreto desde la eternidad. De esta manera ahora, por medio de la iglesia, todos los poderes y autoridades en el cielo podrán conocer la sabiduría de Dios, que se muestra en tan variadas formas. Dios hizo esto de acuerdo con el plan eterno que llevó a cabo en Cristo Jesús nuestro Señor. Y en Cristo tenemos libertad para acercarnos a Dios, con la confianza que nos da nuestra fe en él. Por eso les ruego que no se desanimen a causa de lo que por ustedes estoy sufriendo, porque esto es más bien un honor para ustedes. Efesios 3:1

Que inmensa sabiduría de Dios al escoger al apóstol Pablo, un Judío de ley, para transmitirnos la enseñanza del evangelio de gracia, para ser el encargado de hacer conocer y enseñar las Sagradas Escrituras, a nosotros que no somos del pueblo judío.

Nosotros, antes de Cristo, nunca hemos tenido nada que ver con el pueblo de Dios, porque estábamos sin Dios y sin esperanza en este mundo. Solamente en Cristo tenemos esperanza viva, porque en él somos salvos por gracia. Esto dicen las Sagradas Escrituras; ¿Qué, pues, diremos? Que los gentiles, que no iban tras la justicia, han alcanzado la justicia, es decir, la justicia que es por fe; más Israel, que iba tras una ley de justicia, no la alcanzó. ¿Por qué? Porque iban tras ella no por fe, sino como por obras de la ley. Romanos 9.

Nada merecíamos nosotros porque éramos enemigos de Dios, pero a Dios le ha placido extendernos su misericordia, y tuvo compasión de nosotros que estábamos muertos en delitos y pecados. Dándonos vida en Cristo, perdonando nuestro pecado, y adoptándonos como hijos. ¡Bendita misericordia de Dios!

Esto también es una razón para no odiar a los judíos, porque si nosotros recibimos la salvación por gracia, es porque ellos rechazaron a su Mesías. Pero no todo está perdido para ellos, porque llegará el tiempo, y está llegando, cuando nuevamente van a tener su oportunidad de salvación reconociendo y aceptando a su Mesías, o sea a Cristo, como único Señor y salvador de sus vidas, cuando nosotros, la iglesia, seamos sacados de este mundo por medio del rapto. ¡Gloria a nuestro Dios! ¡Cuán grande es su amor! ¡Cuánta sabiduría y compasión!

Es por todo esto que no debemos perder de vista que nuestra salvación, es por pura GRACIA, no es por lo que hacemos, sino por lo que creemos, Dios lo hizo así.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.  

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario