Sométanse unos a otros, por reverencia a Cristo. Esposas, sométanse a sus propios esposos como al Señor. Así como la iglesia se somete a Cristo, también las esposas deben someterse a sus esposos en todo.
Esposos, amen a sus esposas, así como Cristo amó a la iglesia y se entregó por ella para hacerla santa. Efesios 5:21
Hoy por hoy, el matrimonio está siendo muy devaluado en nuestra sociedad moderna, los jóvenes ya no creen en el matrimonio de, “hasta que la muerte los separe”, ahora es, probemos sin compromiso por un tiempo y veamos si somos compatibles, continuamos, sino cada uno por su lado. Tristemente con esa forma de pensar, la relación matrimonial no funciona. El matrimonio como fundamento de la familia siempre será atacado desde afuera, con ideas humanas y ejemplos distorsionados de los famosos, que nada tienen que ver con el mandamiento divino, que terminan frustrando a las personas que van a construir una nueva familia. También, los padres muchas veces son un obstáculo para una sana relación en la nueva pareja que se va encaminando hacia la formación de un nuevo hogar.
Es común escuchar decir a los varones a veces en chiste, y a veces en serio, “yo domino a mi mujer como quiero”. Ese pensamiento no permite al hombre, amar sinceramente a su esposa como Dios manda. Los varones no tenemos una mujer para dominarla, sino para amarla, cuidarla y respetarla. No es nuestra sirvienta, es la ayuda que Dios nos ha dado para que podamos cumplir el propósito de nuestra vida en esta tierra.
Por otro lado, también muchas veces se escucha a las mujeres decir; “mi marido a mí, no me va a manejar, yo soy libre, si le gusta bien y si no, también”. Y lo mismo que al hombre, ese pensamiento en la mujer, no le permite sujetarse ni respetar al marido, el cual es responsable por ella delante de Dios.
Cuando la biblia dice; esposas sométanse a sus propios maridos, está diciendo, mujer respeta a tu marido, sé compañera de él, dialoga y obedece por amor al hombre que te ama.
Y vos varón, cuando la biblia dice que ames a tu esposa, te está diciendo que; la respete, la cuides, que dialogues para conocerse mejor, que la protejas porque es parte tuya, no alguien de tu propiedad. No es un objeto, es una persona capacitada por Dios para ser esposa y madre y tienen el privilegio de transitar el resto de sus vidas en este mundo acompañado el uno por el otro.
El someterse unos a otros, se fundamenta en el amor, respeto y obediencia a Dios y su palabra. Eso hace al amor indestructible, un matrimonio sólido y una familia unida, estable y feliz, con hijos sanos creciendo y madurando hacia la meta que cada uno escoja. ¡Tan necesario en estos tiempos!
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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