Por lo tanto, es preciso someterse a las autoridades, no sólo para evitar el castigo, sino como un deber de conciencia. También por esta razón ustedes pagan impuestos; porque las autoridades están al servicio de Dios, y a eso se dedican.
Denle a cada uno lo que le corresponde. Al que deban pagar contribuciones, páguenle las contribuciones; al que deban pagar impuestos, páguenle los impuestos; al que deban respeto, respétenlo; al que deban estimación, estímenlo.
No tengan deudas con nadie, aparte de la deuda de amor que tienen unos con otros; pues el que ama a su prójimo ya ha cumplido todo lo que la ley ordena. Romanos 13:5
Someterse a las autoridades es una frase que incomoda a muchos, quizás por una mala experiencia o simplemente por prejuicios. Lo que hay que entender es que lo que está diciendo la Escritura es, que hay que obedecer a las autoridades, en todo lo que ordenan para nuestro bienestar. No así, en aquellos atropellos con mala intención, ni las injusticias que quieran cometer o avasallamientos en contra de los legítimos derechos individuales.
Por eso es necesario también, cumplir con las obligaciones que tenemos como ciudadanos, viviendo dentro de las leyes vigentes, pagando los impuestos y contribuciones, porque eso nos brinda derechos como habitantes de la nación en que vivimos.
Lo que las autoridades hagan o dejen de hacer, es problema de ellos y tendrán que rendir cuenta ante los ciudadanos que los han elegido, y también ante Dios que les ha dado la oportunidad de hacer el bien, desde un lugar de privilegio. Nosotros al obedecer a Dios, somos guardados, cuidados y protegidos por Dios. Además, podemos y debemos orar y pedir a Dios por las autoridades.
Por ultimo recuerde que, la única deuda que le es permitido al cristiano, es la deuda de amor, el amar al prójimo constantemente.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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