sábado, 27 de mayo de 2023

¿Juzgar o no juzgar? Esa es la cuestión.

No juzguéis, para que no seáis juzgados. Porque con el juicio con que juzgáis, seréis juzgados, y con la medida con que medís, os será medido. Mateo 7:1

Los seres humanos no tenemos la capacidad de conocer todas las cosas, menos aún de conocer el pensamiento de las personas, aunque muchos creemos conocer, pero es producto de nuestros propios pensamientos. Eso hace que sea fácil y rápido emitir juicio sobre alguien, por el solo hecho de haber escuchado un comentario, o por haber visto alguna actitud o comportamiento equivocado. Pero el mandato bíblico es no juzguéis, para no ser juzgado. Aunque también dice; ¿Acaso no hay entre ustedes ninguno con  capacidad suficiente para juzgar un asunto entre sus hermanos? 1 Corintios 6

Usted quizás diga, Entonces, ¿La biblia se contradice? ¿Hay que juzgar o no? La verdad es que no hay contradicción en las Sagradas Escrituras.

La prohibición de emitir juicio, es sobre las personas. Porque normalmente lo que hacemos es, juzgar a la persona por algún hecho cometido, sin tener el conocimiento suficiente del porque lo hizo o dijo. Ejemplo; alguien dice una mentira, y rápidamente se lo llama mentiroso. En lugar de decir; lo que dijo es una mentira, o tal vez veamos que alguien se lleva algo que no le pertenece, y decimos es un ladrón. En lugar de preguntarnos, ¿Por qué lo habrá hecho? Estos son simplemente dos ejemplos de lo rápido que juzgamos a las personas. No es lo que corresponde, porque ese juicio corresponde hacer, solo a Dios. Ahora bien, ¿Cuál es el juicio que sí debemos hacer nosotros?

La biblia dice; Y si ustedes han de juzgar al mundo, ¿cómo no son capaces de juzgar estos asuntos tan pequeños? ¿No saben que incluso a los ángeles habremos de juzgarlos nosotros? ¡Pues con mayor razón los asuntos de esta vida!1 Corintio 6

Como personas estamos habilitados para juzgar hechos, comportamientos, conductas, enseñanzas,  doctrinas y vocabulario, con el propósito de no errar nuestro camino, también para no caer en lo mismo. Además poder ayudar y corregir a la persona que ha cometido un error o equivocación con su vida, dándole la oportunidad de cambiar su actitud, comportamiento o conducta y así manifestar nuestro amor al prójimo, haciéndole ver que no juzgo su persona, sino su actitud, conducta o comportamiento. Teniendo empatía con el prójimo, haciéndole ver que con esa forma de ser, se está perjudicando a sí mismo y a los que bien le quieren.

Por eso, esto es demasiado importante para no tenerlo en cuenta, a la hora de emitir algún tipo de juicio sobre alguna situación en particular. Recordando que, no se debe juzgar a la persona, sino sus hechos. A saber que, con la misma medida que medimos a los demás, seremos medidos nosotros. Por último, es necesario y debemos juzgar todos los hechos o acontecimientos, no para condenar personas, sino para resguardo propio, y ayudar a los demás.

Los abraza en Cristo. P. Sosa

No hay comentarios.:

Publicar un comentario