Jesús les dijo a los judíos que habían creído en él: Si ustedes obedecen mis enseñanzas, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad los hará libres. Juan 8:32
No hay peor cosa que perder la libertad y no darse cuenta, o no querer reconocer que es así. Por el solo hecho de andar, trabajar, estudiar, realizar actividades culturales o deportivas, se cree que la persona es libre, pero no siempre es así.
Los seres humanos y la esclavitud han coexistido desde que el hombre fue echado de la presencia de Dios, si bien, no siempre ha sido la esclavitud física.
Aun cuando la esclavitud ha sido abolida por ley, no quita que en la actualidad continúe habiendo esclavos físicos, mentales y espirituales.
Por ejemplo; esclavos del vicio, de la violencia, de la corrupción, de la inmoralidad, del trabajo, de los placeres, etc. Todas estas cosas que mencioné, dominan al ser humano y lo hacen esclavos de esas conductas, actitudes y comportamientos. Aunque la persona no quiera reconocer, la realidad muestra que es así, y por más esfuerzo que haga, solo no puede salir de eso, y a veces ni con ayuda profesional puede hacerlo. ¿Por qué? Porque todas esas conductas, son avaladas por el engaño del pecado que está en la persona, por causa de su rebeldía contra Dios y no hay nada que la persona pueda hacer para liberarse de eso, ni siquiera un decreto oficial de alguna autoridad terrenal.
Por lo tanto, el único que tiene poder para ayudar al ser humano a liberarse de eso, es Jesús el Hijo de Dios. ¿Cómo? Acercándose a Jesús, no a la iglesia, a Jesús, reconociendo la necesidad de ser perdonado, creyendo en la obra que Cristo hizo en la cruz, escuchando y obedeciendo sus enseñanzas, conocerá la verdad de Dios, y esa verdad es la que hace libre a la persona. ¡Ojo! Las enseñanzas que están escritas en la biblia, no las enseñanzas religiosas. Porque las enseñanzas religiosas y legalistas, producen mayor esclavitud todavía. Solamente la palabra escrita de Dios y la enseñanza del Espíritu de Cristo en su vida, le darán verdadera libertad en su diario andar, porque le liberan de la esclavitud del ritualismo religioso y del legalismo farisaico.
Usted, ¿Quiere ser verdadero discípulo de Jesús y vivir en libertad? Camine con Él diariamente, converse con Él en todo momento, dependa de Él continuamente, escúchele en todo tiempo y créale siempre en lo que le dice, aun cuando no alcance a entender todo, pero que al perseverar en Cristo, irá entendiendo todo.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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