Un día el Señor le dijo a Abram: Deja tu tierra, tus parientes y la casa de tu padre, para ir a la tierra que yo te voy a mostrar. Con tus descendientes voy a formar una gran nación; voy a bendecirte y hacerte famoso, y serás una bendición para otros. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan; por medio de ti bendeciré a todas las familias del mundo. Génesis 12:1
Este capítulo 12 del libro de Génesis, nos cuenta el llamamiento de Abram, quien luego sería Abraham, el padre de la fe. Es un inspirador pasaje que nos deja muchas enseñanzas con respecto al llamado que Dios hace al ser humano cuando quiere darle una nueva vida, una nueva oportunidad.
Debemos saber que Abram era una persona pagana que vivía en Ur de los Caldeos. Cuando Dios lo llama para darle propósito a su vida, es para formar el pueblo de Israel, un pueblo que nace sobrenaturalmente, gracias a que Abram creyó y obedeció a Dios.
Israel fue el pueblo que Dios formó para traer el Salvador para la humanidad, y María una joven virgen de ese pueblo, la escogida para introducir a Jesús en este mundo. Abram deja el paganismo y se convierte en Abraham, creyente del Dios verdadero.
En este tiempo, el Señor sigue llamando a personas pecadoras para darle salvación y propósito en la vida. ¿Qué pide el Señor a la persona que llama? ¿Es lo mismo que le pidió a Abram? Literalmente ¿Tendrá que dejar tierra, parientes y la casa de su padre? ¿Qué significa dejar esas cosas?
Deja tu tierra, fue lo primero que le dijo, ¿qué significa? es dejar de considerar como propio el sistema de este mundo, el confort que la sociedad propone, la comodidad de recibir todo sin esfuerzo y la seguridad del arraigo a las cosas materiales. Tu parentela, son las relaciones personales que se ha hecho, aquel compañerismo y amistad que se tiene con la cultura reinante, y que no se piensa si a Dios le agrada ese comportamiento social, si es aceptable algunas prácticas paganas. La casa de tu padre, ¿Cuál es? los hijos del diablo son los que no quieren hacer lo bueno ni se aman unos a otros. 1 Juan 3:10
El mundo entero yace bajo el poder del maligno. El mundo es la casa del padre que se debe dejar, hay un antiguo himno cristiano que dice, dejo el mundo y sigo a Cristo, y otro que dice, no puede el mundo ser mi hogar. Y éstas son las cosas que el mundo nos ofrece: los malos deseos, la ambición de tener todo lo que vemos, y el orgullo de poseer muchas riquezas. Pero lo malo de este mundo, y de todo lo que ofrece, está por acabarse. En cambio, el que hace lo que Dios manda vive para siempre. 1 Juan 2:16
Por lo tanto, lo que Dios demanda de cada persona que quiere formar parte de su reino es estar dispuesto a dejar todas estas cosas y confiar en Jesús como su único y suficiente salvador, creyéndole a Dios. Usted ¿ya lo hizo? Yo, hace más de cincuenta y cinco años que tomé esa decisión para la gloria de Dios.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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