Iglesia de Cristo,
reanima tu amor
y espera, velando, a tu augusto Señor.
Jesús, el Esposo, vestido de honor,
viniendo se anuncia con fuerte clamor.
Si falta en algunos el santo
fervor,
la fe sea en todos
el despertador.
Velad, compañeros,
velad sin temor,
que está con
nosotros el Consolador.
Quien sigue la senda del vil
pecador,
se entrega en los
brazos de un sueño traidor.
Más para los
siervos del buen Salvador,
velar esperando es
su anhelo mejor.
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