¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1 Corintios 6:9
Si quieres entrar al reino de Dios, es necesario nacer de nuevo en Cristo. Él es el Camino a seguir y es la Puerta de ingreso. No existe ninguna otra opción.
Los seres humanos somos campeones a la hora de reclamar derechos. Personalmente, pienso, creo, considero, que mis derechos, es algo que obtengo siendo responsable con mis obligaciones. Porque, si soy injusto con los demás, ¿Cómo pretendo que sean justos conmigo? Es verdad, en el mundo hay mucha injusticia, porque cada persona hace lo que bien le parece, no importa mucho si es bueno o es malo, mientras le guste lo hace.
Por supuesto, no toma conciencia de las consecuencias que traen aparejadas esas decisiones equivocadas o apresuradas. Pero, cuando aparecen las consecuencias, se sienten víctimas de las circunstancias, o se victimizan diciendo ¿Por qué a mí?
Deben entender que, cada decisión tomada, conlleva un beneficio o una consecuencia para quien ha tomado la decisión. Por eso es necesario acordarse que existe una ley natural que hace cosechar lo que cada uno siembra, y así prestar atención a cada palabra, actitud, conducta o comportamiento en el momento de hacer, o decir algo que pueda afectarme, o afectar a otros.
En nuestra relación con Dios es diferente. Los seres humanos no tenemos ningún derecho dentro de lo que es el reino de Dios, Porque el pecado nos alejó de Dios, por cuanto echó al hombre de su presencia. Ahora es Dios quien establece las condiciones, qué debemos hacer para acercarnos a Él, en busca de perdón, aceptación, y adopción como hijos.
No es de cualquier forma, sino, dentro de las normativas del reino de Dios. Entiéndase, las normas del reino de Dios, no, las normas religiosas, porque el reino es de Dios, no de la religión. La única manera de entrar al reino de Dios, es a través del nuevo nacimiento, no existe otra manera, no la busque porque no la va a encontrar.
Jesús dijo; De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Y otra vez; De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Ahora bien, ¿Qué significa nacer de agua y del Espíritu? Al oír la palabra de Dios, somos convencidos por esa palabra, y con un corazón arrepentido creemos en Cristo, Dios por su gracia nos da vida y pone el sello del Espíritu Santo dentro de nosotros lo cual es la garantía de que somos hijos de Dios, porque hemos nacido de nuevo por la palabra de Dios en el Espíritu. Ahora en esta condición de hijos de Dios, recuperamos todo derecho y obligación que existe en una relación de Padre e hijo.
Por eso es Dios quien toma la decisión sobre, quien entra y quién no puede entrar, quien califica para el reino y quien no califica. Solo Dios y la persona saben si es hijo o no.
La biblia dice esto con respecto a los que se arrepintieron de sus malos caminos y se acercaron a Dios por medio de Cristo. Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11. Por lo tanto están aptos para entrar en el reino de los cielos. Yo, a los doce años de edad, escogí vivir bajo las normas del reino de Dios, y hoy a mis setenta y un años estoy muy feliz de haberlo hecho.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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