sábado, 26 de agosto de 2023

Para este tiempo de angustia, difícil, pero no imposible.

No te enojes por causa de los malvados, ni sientas envidia de los malhechores, pues son como la hierba que al cortarla pronto se seca. Tú debes confiar en Dios. Dedícate a hacer el bien, establécete en la tierra y mantente fiel a Dios. Entrégale a Dios tu amor, y él te dará lo que más deseas. Pon tu vida en sus manos, confía plenamente en él, y él actuará en tu favor; así todos verán con claridad que tú eres justo y recto. Calla en presencia de Dios, y espera paciente a que actúe; no te enojes por causa de los que prosperan ni por los que hacen planes malvados. No des lugar al enojo ni te dejes llevar por la ira; eso es lo peor que puedes hacer. Los malvados serán destruidos, pero los que esperan en Dios recibirán la tierra prometida. Salmo 37
Mirando a nuestro alrededor y ver tanta maldad e injusticia nos pone mal, pero debemos creer lo que Dios dice por medio de su palabra escrita, confiar que solamente Dios puede cambiar la situación y la vida de las personas corruptas, violentas y malvadas.
Para nosotros es imposible, pero para Dios no. Pongamos nuestra confianza en Él y disfrutemos la vida que Dios nos permite vivir. Esa vida buena, saludable, siendo compasivo con aquellos que se equivocan con su forma de vivir, porque el problema lo tienen ellas y no nosotros.
No permitamos que las conductas corruptas o violentas, cambien nuestros valores y comportamiento, dañando nuestra confortable manera de vivir en familia y en paz.
Sepamos que este mundo en el cual vivimos, va camino a su propia destrucción por causa de la maldad del ser humano. Es por eso que debemos estar atento a nuestro comportamiento, así evitamos correr la misma suerte que el mundo. Dios por medio de su palabra nos advierte; Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.
Tengamos misericordia y compasión de todas aquellas personas que viven una vida equivocada de egoísmo, violencia y mezquindad, sabiendo cual es el final que les espera si no cambian su actitud. Que la Gracia del Señor les alcance bendiciendo sus vidas con arrepentimiento, para un cambio de actitud y comportamiento, así tendrán una calidad de vida mejor, teniendo armonía y paz interior.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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