El apóstol Pablo pide que Dios les conceda sabiduría espiritual a los creyentes de todos los tiempos.
Siempre que oramos por ustedes damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen a todo el pueblo santo, animados por la esperanza de lo que a ustedes se les ha reservado en el cielo. De esto ya oyeron hablar al escuchar el mensaje de la verdad contenido en el evangelio que llegó hasta ustedes. Este mensaje está creciendo y dando fruto en todas partes del mundo, igual que ha sucedido entre ustedes desde que oyeron hablar de la bondad de Dios y reconocieron su verdad. Esto les enseñó nuestro querido Epafras, quien ha trabajado con nosotros y en quien ustedes tienen un fiel servidor de Cristo. Él nos ha traído noticias de ustedes y del amor que el Espíritu les inspira. Por esto nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes y de pedir a Dios que los haga conocer plenamente su voluntad y les dé toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual. Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. Pedimos que él, con su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría darán gracias al Padre, que los ha capacitado a ustedes para recibir en la luz la parte de la herencia que él dará al pueblo santo. Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos llevó al reino de su amado Hijo, por quien tenemos la liberación y el perdón de los pecados. Colosenses 1:3-14
La oración de Pablo por los creyentes, siempre es a favor de un crecimiento espiritual, para una total dependencia de Cristo en su diario andar. De esa manera los creyentes no dependen de las personas para que le digan como tienen que vivir, qué tienen que hacer y adonde tienen que ir, sino que dependen de la lectura de las Sagradas Escrituras y la enseñanza del Espíritu de Cristo. Esto es así porque cada persona que cree en Cristo, pertenece a Cristo, no al pastor, iglesia o congregación. Si, puede formar parte de una comunidad de fe arraigada en Jesucristo, pero no es propiedad de esa comunidad ni de sus líderes.
Esto es importante destacar, porque hay pastores, líderes o congregaciones que se siente que son los dueños de las personas, piensan por ellos, deciden por ellos, viven de ellos, y no les permiten hacer nada sin su consentimiento. Los creyentes no son libres para tomar decisiones propias de vida con sus familias o en sus relaciones sociales, para cada circunstancia necesitan la autorización de sus líderes o pastores. Eso no es así, la biblia dice; Estad, pues, firmes en la libertad con que Cristo nos hizo libres, y no estéis otra vez sujetos al yugo de esclavitud. Gálatas 5:1. Cada creyente debe tomar su propia decisión de vida, fundamentada en las Sagradas Escrituras.
Amados de Dios, el propósito de Dios al hacernos salvos en Cristo, es para que disfrutemos la vida abundante que nos ha dado, sabiendo que nuestros pecados han sido perdonados y que fuimos adoptados como hijos por Dios el Padre celestial. ¡Esto es la Gracia de Dios! ¡Cristo nos ha hecho totalmente libres de los poderes de las tinieblas! ¡No hay nada que temer! Mucho por disfrutar con nuestro amado Señor.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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