viernes, 9 de junio de 2023

¡Perdidos en la congregación!

Jesús les puso otro ejemplo: ¿Qué hará una mujer que, con mucho cuidado, ha guardado diez monedas, y de pronto se da cuenta de que ha perdido una de ellas? De inmediato prenderá las luces y se pondrá a barrer la casa, y buscará en todos los rincones, hasta encontrarla. Y cuando la encuentre, invitará a sus amigas y vecinas y les dirá: ¡Vengan a mí casa y alégrense conmigo! ¡Ya encontré la moneda que había perdido! Lucas 15:8

Este ejemplo que Jesús pone, podemos referirnos a una congregación como esa mujer que tiene valores importantes, pero que de pronto se da cuenta que hay alguien que está perdido y necesita ser encontrado. Pensemos en esos valores que están representados en estas diez monedas de plata, que representa el orden de Dios.

Lo más valioso que hay en una congregación, son las personas redimidas por la sangre de Jesús, o sea, son salvas por la gracia de Dios, nadie puede jactarse, es por gracia. Por lo tanto, son personas que andan en la verdad, tienen comunión entre ellas, se reúnen en un determinado lugar para adorar a Dios, estimulándose al amor y a las buenas obras.

Pero, de pronto pueden haber personas que manifiestan falta de amor hacia los demás, intolerantes, quejosos, buscan siempre llamar la atención, nada les viene bien y muestran un comportamiento agresivo en la congregación, no manifiestan el fruto del Espíritu en sus vidas, sino más bien enfatizan las obras de la carne. Pueden ser personas que hace muchos años que están, quizás desempeñen una función pastoral, un liderazgo, puede tener a cargo algún área de la congregación, o simplemente concurren porque les gusta congregarse, pero nunca han creído en Cristo, no han nacido de nuevo. Puede ser personas muy religiosas, están en la congregación pero no pertenecen al Señor, porque no han entregado sus vidas a Cristo. Eso explica muchos de los problemas actuales en las congregaciones.

Con tristeza hay que reconocer que, ¡Esa persona está perdida! forma parte de la congregación, pero no es de Cristo, está perdida. ¿Qué hacer? Hay que amarla, tener misericordia de ella, dedicar tiempo para enseñarle la palabra escrita de Dios. Porque el mandamiento es lámpara, y la enseñanza es luz, Y camino de vida las reprensiones que le instruyen. Eso puede hacer que el Espíritu de Cristo, convenza a la persona de su condición frente a Dios, y sienta la necesidad de acercarse y conocer a Dios, El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. Por lo tanto, esas personas necesitan conocer a Dios, creyendo que Cristo en la cruz, pagó el precio de su redención, y aceptar por fe, la gracia de Dios en su vida. Esa actitud produce gozo en la persona, hay un cambio interior, una actitud diferente, una verdadera comunión, y la congregación se goza porque se encontró la moneda que estaba perdida.

La biblia dice; Hermanos míos, si alguno de ustedes se desvía de la verdad y otro lo hace volver, sepan ustedes que cualquiera que hace volver al pecador de su mal camino, lo salva de la muerte y hace que muchos pecados sean perdonados. Santiago 5:19-20

Recuerde, las personas no son salvas por estar en una congregación. Son salvas por haber creído en Cristo y su obra redentora en la cruz. La salvación es por gracia, no por obras.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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