jueves, 29 de junio de 2023

La seguridad del cristiano.

Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza. Esto lo ha hecho Dios por su gran amor hacia nosotros y por el poder que mostró cuando resucitó a Jesucristo de entre los muertos y de que nos dará todo lo que nos ha prometido y que tiene guardado en el cielo. Lo que nos ha prometido no puede destruirse ni mancharse, ni marchitarse. Ustedes confían en Dios, y por eso él los protege con su poder, para que puedan ser salvados tal y como está planeado para los últimos tiempos.

Por eso, aun cuando por algún tiempo tengan que pasar por muchos problemas y dificultades, ¡alégrense! La confianza que ustedes tienen en Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego, la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por tantas pruebas merece ser alabada.

Ustedes, aunque nunca han visto a Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa que no puede describirse con palabras. Ustedes viven alegres porque ya saben que Dios los salvará, y por eso confían en él. 1 Pedro 1:6-10

¡El Poder de Dios sigue intacto! Que esta misma confianza pueda acompañar a cada seguidor de Cristo en este tiempo de dificultad e incertidumbre que atraviesa el mundo entero. Aunque nosotros nos equivoquemos, cometamos errores o le fallemos. ¡Dios permanece Fiel! Y nuestra salvación está asegurada en Cristo Jesús.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

martes, 27 de junio de 2023

¡Mi Gran Abogado ante el Padre celestial!

Hijitos míos, estas cosas les escribo para que no pequen; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo. Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 1 Juan 2:1-6

Los creyentes ¿pecamos o no pecamos?, esa es la cuestión. ¿Hay alguien que ya no peque? Cuando cometemos algún pecado, ¿perdemos la salvación, o seguimos siendo salvos? ¿Qué es lo que nos quiere enseñar el apóstol Juan? Porque el dilema del cristiano es, cuando peco, ¿pierdo o no la salvación? sin duda eso no lo deja vivir tranquilo, está lleno de temor ante esa situación.

Pero, ¿Qué dice la biblia? Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Efesios 2:8

Al ser salvo por gracia, cuando yo creí fui justificado, no depende de lo que yo haga o deje de hacer, mi salvación descansa por la fe en Cristo. Él en la cruz del calvario canceló la deuda de pecado pasados, presente y futuros que por alguna razón pudiese llegar a cometer, que pesaban sobre mí y me condenaban. Pero no solamente por los míos, sino también por todos los pecados que fueron cometidos por las personas desde la fundación del mundo hasta el último día de la humanidad en esta tierra.

El pecado está vencido. Toda esta información y enseñanza bíblica nos da paz y tranquilidad, para que disfrutemos la vida en Cristo. Sabiendo que si pecamos, tenemos un abogado que nos defiende. Dios sí, va a corregirnos para nuestro bien, pero no va a condenarnos, porque ante sus ojos estamos justificados por la obra de Cristo a nuestro favor. Por lo tanto, cuando decimos conocer a Dios, ya no andamos en la vanidad de nuestra mente, sino en la verdad del evangelio de Jesucristo. Al caminar en la verdad durante nuestro peregrinar en este mundo, vamos conociendo y permaneciendo en Cristo nuestro Señor, esa permanencia hace que vayamos siendo perfeccionados en el amor de Dios, para que andemos como Cristo anduvo, y así el pecado ya no es un problema a solucionar, sino un problema solucionado en Cristo. Al amarnos unos a otros estamos guardando la palabra de nuestro Señor, se confirma la presencia de Cristo en nuestra vida, y así dejamos de mentirnos a nosotros mismos.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

viernes, 23 de junio de 2023

En tiempos peligrosos.

¡Alimentando el alma y el espíritu!

Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta. Hebreos 4:12

La palabra de Dios, es la palabra que toda persona en este mundo necesita y debe escuchar, oír y obedecer, para tener una vida de plenitud durante su andar en este mundo y llegar a un final feliz en el reino de Dios. ¿Por qué? Dirá usted.

¡Porque es la única palabra viva y eficaz! ¿Qué significa eso? Se preguntará. Es una palabra que acompaña activamente toda la vida espiritual y física de la persona, enseñando y guiando su transitar por este mundo, desde el nuevo nacimiento espiritual hasta nuestro encuentro en gloria con el Señor. Pues ustedes han nacido de nuevo, no de simiente perecedera, sino de simiente imperecedera, mediante la palabra de Dios que vive y permanece. 1 Pedro 1:23

Con la lectura, memorización y meditación de la palabra de Dios, incorporamos todo el alimento necesario para crecer, madurar y fructificar nuestra vida en Cristo. Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia, deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, ahora que han probado lo bueno que es el Señor. 1 Pedro 2:1

Es la única palabra que transforma para bien al ser humano, porque es Palabra de Dios. Es una palabra viva que acompaña a la persona, desde su nacimiento, crecimiento y madurez, hasta su partida hacia la eternidad. Es la que enseña a la persona los principios y valores establecidos por Dios, es la que corrige los desvíos del ser humano de la senda del bien, también convence de la verdad de Dios en medio de tantos engaños y mentiras, y además instruye en el verdadero camino de la vida terrenal y eterna que Dios ha diseñado para el ser humano.

¡Qué Dios y Padre maravilloso! Es el Dios y Padre que toda persona debería tener. Pero, ¿Por qué no es así? Por la sencilla razón de que la persona es libre, Dios nos hizo libre, y haciendo uso de esa libertad, hay personas que escogen otro camino, otros dioses, otro padre, otras palabras cargadas de engaños y mentiras, desechando el amor, la misericordia, la compasión, y la gracia de Dios sobre sus vidas, para querer increpar y culpar a Dios de sus propias desgracias y frustraciones, manteniendo altivez de espíritu y orgullo en el corazón.

Sin embargo, Dios extiende su misericordia y amor, hacia cada persona que quiera acercarse a Él, con un corazón contrito y humillado.

La biblia dice;  El gran amor del Señor nunca se acaba, y su compasión jamás se agota.
Cada mañana se renuevan sus misericordias; ¡muy grande es su fidelidad! Lamentaciones 3:22

Amados hermanos y amigos, hoy es el tiempo de acercarse a Dios, de creer en su palabra, para dejarnos moldear por ella. Porque es palabra de vida eterna. Recordando siempre que, la salvación es por gracia. Pero todo esto es para mejorar nuestra calidad de vida en este mundo, y no ser uno más del montón.

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios. Apocalipsis 2:7

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

jueves, 22 de junio de 2023

Esto dicen Las Sagradas Escrituras para que afirmemos nuestra identidad en Cristo.

Siempre que oramos por ustedes damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo. Pues hemos recibido noticias de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen a todo el pueblo santo, animados por la esperanza de lo que a ustedes se les ha reservado en el cielo. De esto ya oyeron hablar al escuchar el mensaje de la verdad contenido en el evangelio que llegó hasta ustedes. Este mensaje está creciendo y dando fruto en todas partes del mundo, igual que ha sucedido entre ustedes desde que oyeron hablar de la bondad de Dios y reconocieron su verdad.

Esto les enseñó nuestro querido Epafras, quien ha trabajado con nosotros y en quien ustedes tienen un fiel servidor de Cristo. Él nos ha traído noticias de ustedes y del amor que el Espíritu les inspira. Por esto nosotros, desde el día que lo supimos, no hemos dejado de orar por ustedes y de pedir a Dios que los haga conocer plenamente su voluntad y les dé toda clase de sabiduría y entendimiento espiritual. Así podrán portarse como deben hacerlo los que son del Señor, haciendo siempre lo que a él le agrada, dando frutos de toda clase de buenas obras y creciendo en el conocimiento de Dios. Pedimos que él, con su glorioso poder, los haga fuertes; así podrán ustedes soportarlo todo con mucha fortaleza y paciencia, y con alegría darán gracias al Padre, que los ha capacitado a ustedes para recibir en la luz la parte de la herencia que él dará al pueblo santo. Dios nos libró del poder de las tinieblas y nos llevó al reino de su amado Hijo, por quien tenemos la liberación y el perdón de los pecados.

Cristo es la imagen visible de Dios, que es invisible; es su Hijo primogénito, anterior a todo lo creado. En él Dios creó todo lo que hay en el cielo y en la tierra, tanto lo visible como lo invisible, así como los seres espirituales que tienen dominio, autoridad y poder. Todo fue creado por medio de él y para él. Cristo existe antes que todas las cosas, y por él se mantiene todo en orden. Además, Cristo es la cabeza de la iglesia, que es su cuerpo. Él, que es el principio, fue el primero en resucitar, para tener así el primer puesto en todo. Pues en Cristo quiso residir todo el poder divino, y por medio de él Dios reconcilió a todo el universo ordenándolo hacia él, tanto lo que está en la tierra como lo que está en el cielo, haciendo la paz mediante la sangre que Cristo derramó en la cruz.

Ustedes antes eran extranjeros y enemigos de Dios en sus corazones, por las cosas malas que hacían, pero ahora Cristo los ha reconciliado mediante la muerte que sufrió en su existencia terrena. Y lo hizo para tenerlos a ustedes en su presencia, santos, sin mancha y sin culpa. Pero para esto deben permanecer firmemente basados en la fe, sin apartarse de la esperanza que tienen por el mensaje del evangelio que oyeron. Éste es el mensaje que se ha anunciado en todas partes del mundo, y que yo, Pablo, ayudo a predicar. Colosenses 1

Esta es la enseñanza a la cual hay que prestarle atención y aferrarse por medio de la fe, meditando cada día en ella para continuar creciendo en Cristo en nuestro diario andar, sabiendo que somos parte del cuerpo de Cristo, siendo él la Cabeza que dirige y utiliza cada miembro que conforma su cuerpo, para la extensión del reino de los cielos.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 21 de junio de 2023

Predicar, corregir y enseñar, siempre con amor.

En presencia de Dios y de Cristo Jesús, que ha de venir en su reino y que juzgará a los vivos y a los muertos, te doy este solemne encargo: Predica la Palabra; persiste en hacerlo, sea o no sea oportuno; corrige, reprende y anima con mucha paciencia, sin dejar de enseñar.  2 Timoteo 4

¡Hay que predicar el evangelio! Es lo que se dice normalmente a las personas y a los nuevos creyentes en Cristo. Pero ¿Qué es predicar? Es simplemente repetir como loro lo que la Biblia dice, o ¿hay algo más? ¿Cuál es el compromiso de la persona que predica el evangelio? Últimamente han aparecido muchos predicadores, pero muy pocos comprometidos con el mensaje del evangelio de Jesucristo.

La Biblia nos cuenta que; El Señor Jesús después de haber resucitado y antes de ascender al cielo, les da un mandato a sus discípulos y hoy a nosotros sus seguidores.

¿Cuál es el mandato del Señor?

Jesús les dijo; Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra. Por tanto, vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo. Mateo 28:18

El mandato del Señor que ha dejado para todos sus seguidores incluye, predicación, discipulado, bautismo y obediencia de todo lo que el Señor ha ido enseñando a lo largo de su andar físico en este mundo. Eso tiene que ver con los principios de vida establecidos del reino de Dios. Por lo tanto los que anunciamos el evangelio, no solo debemos anunciar con las palabras, sino también mostrar el efecto de ese evangelio en nuestra propia vida diaria.  Tal conducta nos da autoridad para predicar y enseñar obediencia al evangelio de nuestro Señor. Eso hará que la promesa del Señor de estar siempre, se cumpla en nosotros, lo cual nos libera de angustia y temores ante situaciones difíciles que nos toque vivir en este mundo que nos es adverso.

Recordemos que los seguidores de Cristo, no solo debemos creer en él, sino también ser discípulos seguidores de él, obedeciendo en todo lo que nos manda.

Los abraza en Cristo. P. Sosa