Por esta causa te dejé en Creta, para que corrigieses lo deficiente, y establecieses ancianos en cada ciudad, así como yo te mandé; el que fuere irreprensible, marido de una sola mujer, y tenga hijos creyentes que no estén acusados de disolución ni de rebeldía.
Porque es necesario que el obispo sea irreprensible, como administrador de Dios; no soberbio, no iracundo, no dado al vino, no pendenciero, no codicioso de ganancias deshonestas, sino hospedador, amante de lo bueno, sobrio, justo, santo, dueño de sí mismo, retenedor de la palabra fiel tal como ha sido enseñada, para que también pueda exhortar con sana enseñanza y convencer a los que contradicen. Tito 1:5-9
El servicio a Dios es muy importante, por lo tanto, todo aquella persona que quiera dedicar su vida para servir a Dios, debe cumplir con los requisitos que están establecidos en las Sagradas Escrituras. Así se asegura que la tarea que realiza para el Señor, cuenta con el respaldo del Espíritu Santo y el aval de las Sagradas Escrituras.
Servir al Rey de reyes y Señor de los señores, es ¡Maravilloso! nos abre las puertas del reino de Dios, eternamente y para siempre. Pero hay que hacerlo de la manera que, Él estableció, no como a nosotros nos parece, sino como Él nos pide que lo hagamos. Tomando la cruz cada día, renunciando a nuestros deseos, sometiendo nuestra voluntad a la voluntad de Dios, dejándonos moldear por su palabra escrita, permitir que su Espíritu nos guie y nos enseñe, como vivir una vida de santidad, en medio de una generación perversa que presiona y exige adecuarse al sistema de este mundo. La función pastoral está para corregir, exhortar, edificar al creyente en Cristo, a fin de prepararle para evitar ser engañado por las fuerzas del enemigo, sabemos que el diablo quiere sacarle de la obediencia a Cristo y así poder introducir en el creyente la corriente de este mundo.
En todo esto es muy necesario vivir en el Espíritu, porque solamente el Espíritu nos da el discernimiento espiritual que se necesita, para saber de dónde proceden algunas actitudes no buenas que aparecen en nuestras vidas, y que muchas veces no nos damos cuenta. Una vez que se corrigen las malas actitudes en nuestra vida, estamos listos y preparados para ayudar a corregir también en otros. Viviendo de esta manera, podemos extender el reino de los cielos con éxito, sino solo estaremos amontonando gente sin propósito y sin ver cambios de vida en las congregaciones. Esto es lo que motivó al apóstol Pablo para hacer esas recomendaciones a su discípulo Timoteo, y hoy día es para nosotros esas enseñanzas.
El Señor nos ayude por medio de su Espíritu, a dejarnos moldear por Él, a fin de ser herramientas eficaces en sus manos.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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