domingo, 25 de septiembre de 2022

El camino de regreso a la comunión con Dios.

Contra ti, contra ti solo he pecado, Y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, Y tenido por puro en tu juicio.
He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.
He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, Y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; Lávame, y seré más blanco que la nieve.
Hazme oír gozo y alegría, Y se recrearán los huesos que has abatido.
Esconde tu rostro de mis pecados, Y borra todas mis maldades.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación, Y espíritu noble me sustente.
Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, Y los pecadores se convertirán a ti.
Salmo 51

Le recomiendo leer este salmo en su totalidad, es un salmo de arrepentimiento, fue escrito por el rey David después de haber pecado contra Dios, cometiendo adulterio y para tapar su pecado, manda a matar al marido. Pero de Dios, nada se puede esconder, y por su gran misericordia, envía un profeta para exhortar a David, llamarle a reflexionar sobre su actitud, reconozca su pecado y se arrepienta, para ser perdonado y restaurado por Dios.

Hoy día no es diferente la situación del ser humano frente a Dios. Cada uno de nosotros hemos pecado contra Dios, cometiendo adulterio espiritual confiando en imágenes que no tienen poder para ayudar, se mata con la indiferencia al prójimo sin tener compasión por ellos, aunque no se quiera reconocer, necesitamos de la misericordia de Dios, para acercarnos a Él.

Es por eso que Dios, a través de sus siervos, nos envía su palabra de amonestación, con el propósito de hacernos reflexionar sobre nuestra actitud, que reconozcamos nuestro pecado y nos arrepintamos para ser perdonados y restaurados por Dios. Lo que necesitamos saber es que, Dios nunca busca a la persona para condenarla, siempre que la busca es para tener misericordia de ella, perdonar su pecado y restaurarle a una nueva vida en Cristo, sacarla justamente de la condenación.

Es muy importante reconocer nuestra situación y condición frente a Dios. Somos responsables de nuestras malas actitudes, conductas, comportamientos, y decisiones que tomemos, no debemos culpar a otros. Debemos vernos tal como somos y como Dios nos ve, venimos a este mundo con la semilla del pecado dentro nuestro, y a medida que crecemos, también lo malo crece en nosotros.

Por eso este salmo escrito por el rey David, nos ayuda como personas, a examinarnos por dentro, para hacer un diagnóstico correcto y así poder utilizar la medicina efectiva para este mal que destruye y mata, como es el pecado. La biblia nos da la receta; El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y se aparta alcanzará misericordia.

Si tan solamente entendiéramos esto los seres humanos, que diferente sería nuestra vida, y como consecuencia nuestra sociedad. Usted, ¿Puede entender? Yo, ya entendí y me hace muy feliz el haberlo hecho.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario