martes, 6 de septiembre de 2022

Dijo nuestro Señor Jesucristo.

Si ustedes se mantienen unidos a mí, yo me mantendré unido a ustedes. Ya saben que una rama no puede producir uvas si no se mantiene unida a la planta. Del mismo modo, ustedes no podrán hacer nada si no se mantienen unidos a mí. El discípulo que se mantiene unido a mí, y con quien yo me mantengo unido, es como una rama que da mucho fruto; pero si uno de ustedes se separa de mí, no podrá hacer nada. Al que no se mantenga unido a mí, le pasará lo mismo que a las ramas que no dan fruto: las cortan, las tiran y, cuando se secan, les prenden fuego. Juan 15:4-6

Hay muchas personas muy religiosas, pero carente de una vida espiritual que con el correr del tiempo, es como que se van secando y su vida pasa a ser rutinaria y sin sentido.

A eso se refiere el Señor Jesús cuando invita a sus seguidores a mantenerse unido a Él, porque solamente así la persona se nutre de la sabia de la vida de Jesús. La vida del cristiano debe ser fructífera, a eso somos llamados a llevar frutos que manifiesten esa vida que decimos tener. El fruto que nuestro Señor espera ver en nuestra vida como seguidores de Él, es el fruto del Espíritu manifestado en amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza. Pero debemos recordar que para dar fruto se debe crecer y madurar en Cristo, porque es a través del fruto que nos multiplicamos. El fruto hace que la viña del Señor, se multiplique y crezca para la gloria de Dios Padre.

Para el cristiano llevar fruto, significa franca entrada al reino de Dios, en cambio para el que es estéril, solo le aguarda una terrible expectativa de juicio divino. Eso deja ver el texto bíblico de Juan 15:6.

Por lo tanto, todo seguidor de Cristo debe proponerse mantenerse unido a Él, para ser uno con Cristo y así podrá llevar mucho fruto. Quiera el Señor que seamos sabios, teniendo una vida de comunión continua y así mantener una vida fructífera.

Los abraza en Cristo. P. Sosa  

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