Esto no fue evolución,
es producto del amor de Dios.
Entonces Jehová Dios formó al hombre del
polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser
viviente…
Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el
hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él… Y puso Adán nombre a toda
bestia y ave de los cielos y a todo ganado del campo; más para Adán no se halló
ayuda idónea para él. Entonces Jehová Dios hizo caer sueño profundo sobre Adán,
y mientras éste dormía, tomó una de sus costillas, y cerró la carne en su
lugar. Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la
trajo al hombre. Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se
unirá a su mujer, y serán una sola carne. Y estaban ambos desnudos, Adán y su
mujer, y no se avergonzaban. Génesis 2:18
Es interesante poder descubrir y ver en
la creación de la humanidad, el amor, la sabiduría, y la inteligencia de Dios
al crear la raza humana. Fue una creación diferente al resto de los seres
vivos, como ser los peces, las aves, las bestias salvajes y los animales del
campo.
En la creación del primer hombre, Dios
se toma el trabajo de formarlo del polvo de la tierra. Pero, al crear la
primera mujer no pasó lo mismo, no tomó polvo de la tierra, sino que toma una
costilla del hombre creado. ¿Por qué?
Esa es seguramente la pregunta que muchas personas se hacen. La respuesta está,
en el acto mismo de creación. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen
de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Génesis 1:27
La
idea y el propósito de Dios al crear al ser humano, fue crear la raza de un
solo linaje, así al reproducirse, no estaría contaminado con otra especie. El
hombre al ser creado a la imagen y semejanza de Dios, ya contenía en su ser,
todo lo necesario para la reproducción de la especie, dando origen a la raza
humana cumpliendo con el propósito de Dios.
Adán
necesitaba alguien que le ayudara a cumplir el propósito para el cual ha sido
creado, por lo tanto Dios decide crear de una costilla suya, otro ser como él,
pero diferente, que se complemente con él, y sea así su ayuda idónea.
Ahora
bien, si Dios tomara otro puñado de polvo, ya no sería parte del varón, sería
algo externo, algo ajeno al primer hombre. Es por eso que, Dios en su sabiduría
toma una costilla de Adán, y con ella forma la primera mujer, siendo así una
parte de Adán y no algo fuera de Adán. Recordemos que la historia bíblica nos
cuenta que, antes de la creación de Eva, Dios trajo toda clase de animales para
que Adán le pusiera nombre y estuvieran con él, pero, en ninguno de esos
animales, había ayuda idónea para Adán.
Por
eso Dios decide crear a Eva, para que cumpla ese propósito. Una vez creada Eva
y presentada al varón, Adán reconoce a Eva como una parte suya y
dice: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada
Varona, porque del varón fue tomada. ¡Gloriosa declaración del hombre!
Dando el reconocimiento que toda mujer se merece. Ella no es propiedad del
varón como algo adquirido, sino que, es parte del varón porque de él fue tomada
para ser su ayuda idónea. Desde ese momento el varón y la mujer, como
matrimonio, son una sociedad indivisible en cuanto al plan y propósito de Dios
para la humanidad.
Es verdad, todo esto ha sido contaminado
y distorsionado por causa del pecado. Desde la antigüedad distintas corrientes
filosóficas y libres pensadores, fueron dando una interpretación equivocada,
con respecto al rol y función de la mujer en la sociedad.
En este tiempo, los movimientos
feministas, la diversidad de género, los llamados derechos humanos, etc., han
llevado a confundir y degradar, los roles y las funciones del ser humano. Eso
trae aparejado un sinfín de problemas y dificultades en la relación varón/
mujer, porque no terminan de entender que son complementos entre sí, y no
competidores de roles y funciones.
Pero Dios, en Cristo, está restaurando
las conductas equivocadas y los pensamientos erróneos, que desconocen la
verdad, no aceptando la realidad de que uno es parte del otro, porque así
fuimos creados.
La obra redentora de Cristo hace que el
varón ame, cuide, proteja, valore y respete a las mujeres, tratándolas como lo
que son, personas preciosas y necesarias, y no como un objeto descartable sin
valor. En cuanto a la mujer, hace que se valore y respete a sí misma, no
ofreciéndose como un producto de mercado, sino, como alguien importante y
necesaria en los planes y propósitos de Dios. Siendo co-heredera de la gracia
de Dios, para dar a luz la vida que lleva en su vientre, y no ser el verdugo
sin compasión de ese inocente.
Bendita obra de Dios de restauración en
Cristo, a través de su obra redentora en la cruz, restaurando así a cada
persona que desea tener una vida mejor, siendo parte del perfecto plan de Dios
para la humanidad. Si los seres humanos entendiéramos esto, ¡Que distinta seria
la sociedad!
Los abraza en Cristo. P. Sosa.