domingo, 5 de abril de 2020

Semana Santa 1


Semana Santa, parte 1
Cuando se acerca la fecha que según se ha establecido para celebrar Semana Santa, mucho se habla acerca de ella, incluso se da como apertura el domingo de ramos y se da por terminada el domingo de Resurrección.
Pero entre esos dos domingos, ¿Qué fue lo que ocurrió? ¿A qué se refieren cuando se  habla de esta semana? ¿Cuál es el pensamiento cuando se acerca esa fecha? ¿Qué incidencia tiene en nuestras vidas hoy ese acontecimiento?
Son muchas las preguntas que uno se podría hacer, o tal vez ninguna, simplemente vivirlo como un feriado más o pasarlo con los amigos y familiares.  Pero creo que es una fecha demasiada importante para tomarla livianamente. Y la primera pregunta que deberíamos hacernos es;

¿Qué se celebra?

Dice la Biblia que la humanidad toda está bajo la maldición del pecado, por causa de la desobediencia de nuestros primeros padres Adán y Eva.
Y para nosotros, los seres humanos, era imposible solucionar ese tema, porque la paga del pecado es muerte, declaran las Sagradas Escrituras.
Es por eso que Dios nuestro creador nos promete un Salvador, alguien que vendría a ocupar nuestro lugar para librarnos del pecado y pagar esa deuda con Dios.
Justamente en esa fecha se recuerda la crucifixión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo. Quien venció a la muerte y se levantó con Poder de entre los muertos, para no morir nunca más, pagando el precio que requiere el pecado, aunque Él nunca pecó.
Aquí es donde comenzó a manifestarse la salvación de la humanidad, en la persona de Jesús el Santo Hijo de Dios, en su condición de ser humano nacido de mujer pero sin pecado.

Es la victoria de la humanidad por medio de Jesucristo, sobre el pecado que nos apartaba y alejaba de Dios, dejándonos en condenación.

La Biblia misma nos enseña claramente que ahora Dios nos acepta sin necesidad de cumplir la ley.  Dios acepta a todos los que creen y confían en Jesucristo, sin importar si son judíos o no lo son.  Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios.  Pero él nos ama mucho, y nos declara inocentes sin pedirnos nada a cambio. Por medio de Jesús, nos ha librado del castigo que merecían nuestros pecados. Dios envió a Jesucristo para morir por nosotros. Si confiamos en que Jesús murió por nosotros, Dios nos perdonará. Con esto Dios demuestra que es justo y que, gracias a su paciencia, ahora nos perdona todo lo malo que antes hicimos. Él es justo, y sólo acepta a los que confían en Jesús.
Ante Dios, no tenemos nada de qué estar orgullosos. Pues Dios nos acepta porque confiamos en Jesucristo, y no por obedecer la ley de Moisés. Dios no es solamente Dios de los judíos; en realidad, él es Dios de todos, sean o no judíos. Hay un solo Dios, y es el Dios que acepta a todos los que confían en Jesucristo, sean judíos o no lo sean. Pero si confiamos en Jesús, eso no quiere decir que la ley ya no sirva. Al contrario, si confiamos en él, la ley cobra más valor. Romanos 3:21
Continuará…   P. Sosa 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario