Aun en las peores circunstancias, siempre hay que
seguir confiando.
Esto escribió el apóstol Juan para los que creen
y prestan atención a la palabra de Dios.
Dios dijo desde su
trono: ¡Yo hago todo nuevo! Y también dijo: Escribe, porque estas palabras son
verdaderas y dignas de confianza.
Después me dijo:
¡Ya todo está
hecho! Yo soy el principio y el fin. Al que tenga sed, a cambio de nada le
daré a beber del agua de la fuente que da vida eterna. A los que triunfen sobre las
dificultades y sigan confiando en mí, les daré todo eso, y serán mis hijos, y
yo seré su Dios. Pero a los cobardes, a los que no
confíen en mí, a los que hagan cosas terribles que no me agradan, a los que
hayan matado a otros, a los que tengan relaciones sexuales prohibidas, a los
que practiquen la brujería, a los que adoren dioses falsos, y a los mentirosos,
los lanzaré al lago donde el azufre arde en llamas; y allí se quedarán,
separados de mí para siempre. Apocalipsis 21:5-9
Tan grande es el
amor de Dios hacia nosotros. Que esto también es una advertencia de parte
de Dios, para que no se siga el camino equivocado y confiemos siempre en Él.
Los abraza en
Cristo. P. Sosa
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