Es tiempo que pensemos.
Cuando el miedo no te permite pensar.
El ser humano es muy complejo, hay
actitudes y comportamientos que son contradictorios.
Somos muy cambiantes en nuestra manera de
actuar, podemos estar delante de algo bueno y necesario que una persona hizo y
felicitarla, y sin embargo al minuto siguiente somos capaces de volvernos
contra ella y atacarla.
Eso lo estamos viendo muy a menudo en los
noticieros, vemos imágenes de personas dando un aplauso a los profesionales y
colaboradores de la salud, como una forma de reconocimiento y gratitud por la
tarea que están haciendo. Pero, ¡qué sorpresa! Cuando estos trabajadores de la
salud vuelven a sus casas, en vez de gratitud encuentran que son personas declaradas
no gratas para sus vecinos. ¡¡¡Qué Tristeza!!! Cuanta ignorancia
por parte de sus vecinos, y todo por desconocimiento.
Este comportamiento humano de
contradicción no es nuevo. La persona sabe que necesita de los servicios de
alguien que sabe tratar con el problema que le afecta, pero a la vez, el miedo
y temor a lo desconocido, hace que desconfíe de la persona que le está ayudando
y no tiene mejor idea que pedirle que se aleje o que se vaya.
Esto me recuerda un relato bíblico, de
cuando Jesús estaba físicamente en esta tierra.
Cuenta el relato que un día Jesús iba
pasando por la localidad de Gadara y en ella había un hombre que estaba poseído
por demonios. Tan mal estaba que nos cuenta el relato, que era atado con
cadenas y no lo podían sujetar, además de eso este hombre vivía desnudo en el
cementerio y atacaba a toda persona que pasaba cerca.
Jesús iba pasando por ese lugar y este
hombre le sale al encuentro, luego de una corta conversación, Jesús lo deja
libre de los demonios.
Cuando las gentes llegaron a donde estaba
Jesús, vieron al hombre que antes estaba endemoniado, y lo encontraron sentado,
vestido y portándose normalmente. Los que estaban allí temblaban de miedo.
Las personas que vieron cómo Jesús había
sanado a aquel hombre empezaron a contárselo a todo el mundo. Pero la gente le pidió a Jesús que se fuera
a otro lugar. Allí no lo querían Marcos 5
¡Así hace reaccionar el miedo! Ante lo
desconocido mejor poner distancia.
Pasa lo mismo cuando se habla de Dios, por
el desconocimiento que la persona tiene de Dios, no se quiere acercar a él.
Cree que Dios le hará daño o le rechazará si se acerca. Nada más lejos de la
verdad. Dios dice en su palabra lo siguiente: Yo sé los planes que tengo para ustedes,
planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de
esperanza. Jeremías 29:11. Si tan solamente las personas entendieran esto, creo que
cambiarían su actitud.
Al pueblo de Israel también le pasó lo mismo
cuando Dios lo sacó de Egipto y lo llevó al Monte Sinaí, para darles los Diez
Mandamientos. Dios se manifestó de una manera gloriosa frente a ellos, sin
embargo ellos dijeron lo siguiente: Verdaderamente el Señor nuestro
Dios nos ha mostrado su gloria y su poder, y hemos oído su voz, que salía de en
medio del fuego. Hoy hemos comprobado que Dios puede hablar con los hombres sin
que éstos mueran. Sin embargo, ¿para
qué exponernos a morir consumidos por este terrible fuego? Si volvemos a
escuchar la voz del Señor nuestro Dios, moriremos; pues,
¿qué hombre hay que pueda escuchar la voz del Dios viviente hablando de en
medio del fuego, como la hemos oído nosotros, sin que le cueste la vida? Mejor
acércate tú, y escucha todo lo que el Señor nuestro Dios te diga, y ya luego
nos dirás lo que te haya comunicado, y nosotros cumpliremos lo que se nos diga. Deuteronomio
5:22
El hombre es el mismo en todas las épocas,
sigue reaccionando de la misma manera, por eso no me sorprende lo que está
ocurriendo en este tiempo. Pero no es necesario que las personas continúen
esclavizadas del miedo. Si se pone la confianza en Cristo y se lo invita a
vivir en nuestra vida, ¡todo miedo desaparece! Porque Dios protege a todos
aquellos que ponen su confianza en Jesús.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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