¡Dios está reconciliando consigo al mundo, por medio de Cristo!
El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto. Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Por eso, nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo; y aunque antes pensábamos de Cristo según tales criterios, ahora ya no pensamos así de él. Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. 2 Corintios 5:14-21
En medio de un mundo donde impera el terrorismo en sus distintas formas, con violencia, muerte, guerras, pedofilia, secuestros, asesinatos, desplazamientos de personas, dictadores, narcotraficantes, injusticia social, etc. Desde el cielo se escucha una noticia diferente, una buena noticia para el ser humano, ¡no todo está perdido, hay esperanza de vida! ¡Cristo vive y es el Salvador del mundo!
Usted se preguntará ¿Qué debe hacer la persona para estar a salvo de todo esto? Lo primero es reconocer que está perdida, alejada de Dios por causa del pecado, tal vez la persona sea muy religiosas y pueda decir, yo no hago mal a nadie, soy un buen ciudadano, buena ciudadana, un buen vecino, una buena vecina, un buen esposo, una buena esposa, un buen padre, una buena madre, un buen hijo o hija, en fin una buena persona, ¿Por qué voy a estar perdida? Cada persona no es pecadora por lo que hace, sino que ya nace bajo la maldición del pecado, bajo condenación, separada de Dios, por lo tanto necesita reconciliarse con Dios su creador.
Por eso Dios envió a su Único Hijo a este mundo en forma humana, así por medio del sacrificio de Cristo reconciliar al mundo con él, perdonando sus pecados. ¡No hay otra manera de ser salvos! Esto dijo Jesús; Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera eternamente, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Juan 3:16. Este es el tiempo para creer en Jesús, ya no queda mucho tiempo por delante, pronto la iglesia de Cristo, será sacada de este mundo, y vienen los juicios de Dios sobre los moradores de la tierra. ¡Hoy es el día de salvación! No esperes más, mañana puede ser tarde, hoy ¡reconciliate con Dios! acércate y comienza una nueva vida en Cristo, libre de toda condenación y con la esperanza de una eternidad gloriosa en el reino de Dios. La reconciliación con Dios, no viene a través de la religión, ni de las buenas obras, tampoco por medio de las imágenes, menos aún por hacer algún tipo de sacrificio, es solamente por medio de Cristo y su obra redentora.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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