lunes, 30 de septiembre de 2024

Comenzando un nuevo mes es bueno reflexionar en esto.

Preparados para vencer en Cristo, el ataque espiritual del maligno.

Y ahora, hermanos, busquen su fuerza en el Señor, en su poder irresistible.  Protéjanse con toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan estar firmes contra los engaños del diablo.  Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del aire, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de tinieblas que nos rodea.  Por eso, tomen toda la armadura que Dios les ha dado, para que puedan resistir en el día malo y, después de haberse preparado bien, mantenerse firmes.

Así que manténganse firmes, revestidos de la verdad y protegidos por la rectitud. Estén siempre listos para salir a anunciar el mensaje de la paz.  Sobre todo, que su fe sea el escudo que los libre de las flechas encendidas del maligno.  Que la salvación sea el casco que proteja su cabeza, y que la palabra de Dios sea la espada que les da el Espíritu Santo.  No dejen ustedes de orar: rueguen y pidan a Dios siempre, guiados por el Espíritu. Manténganse alerta, sin desanimarse, y oren por todo el pueblo santo.  Oren también por mí, para que Dios me dé las palabras que debo decir, y para que pueda hablar con valor y dar así a conocer el designio secreto de Dios, contenido en el evangelio.  Dios me ha enviado como embajador de este mensaje, por el cual estoy preso ahora. Oren para que yo hable de él sin temor alguno. Efesios 6:10-20

Las fuerzas de seguridad y todos aquellos que hemos hecho el servicio militar, sabemos que la lucha más difícil es aquella que se libra contra enemigos no convencionales, como ser la guerrilla o el terrorismo, porque es una guerra no declarada, por lo tanto no se sabe, no se conoce, cuándo, dónde, ni quien es el enemigo, puede estar al lado nuestro, o peor aún puede ser alguien que está formando parte de nuestro propio grupo, y por no saber estamos en desventaja porque pasa desapercibido. Un claro ejemplo es la guerra con Israel en Medio Oriente, donde el enemigo se esconde entre la población civil para pasar desapercibido.

En la vida cristiana no es diferente, existe una guerra no declarada, contra un enemigo invisible a los ojos humanos, que muchas veces pasa desapercibido, aun entre los creyentes en Cristo. Porque así como la gran mayoría de la sociedad no creen en la existencia del diablo y sus demonios, hay creyentes en Cristo que minimizan el accionar y el obrar del diablo, aun en sus propias vidas, no lo ven como alguien que puede destruir su relación familiar, personal o laboral, solamente creen que las personas están equivocadas o son malas y que por eso actúan de esa manera. No ven a ese enemigo oculto detrás de ese familiar o persona que actúa mal o con malicia, y se vuelven contra la persona teniéndola como su enemigo, no entiende que son las fuerzas espirituales de maldad las que están actuando a través de esa persona.

Es por esto que el Espíritu Santo por medio del apóstol Pablo nos advierte y enseña, cuál es la lucha y quien es el enemigo, como debemos estar y que armas debemos utilizar, y como permanecer luego de la batalla que se libre. No es casual que éste pasaje bíblico, esté colocado después de la enseñanza de cómo debe ser el trato familiar, laboral y social del cristiano, porque es en estos lugares, donde más se mueve e influye el enemigo de nuestras almas para destruir todo tipo de relaciones humanas, y así perturbar la mente y el corazón de las personas. Como cristianos es necesario no solo saber sino también creer lo que la biblia enseña, muchas veces el cristiano está muy apurado por decir a otros lo que la biblia dice, no se toma el tiempo necesario para meditar, entender y apropiarse de esa enseñanza, que el Espíritu quiere que aplique a su propia vida. Sobretodo el cristiano tiene que reconocer que, en sus fuerzas nunca será victorioso, debe estar fortalecido en Cristo, y su fortaleza espiritual no tiene que ver con su asistencia a los cultos o las oraciones que otros hagan a su favor, sino que tiene que ver con su comunión diaria y personal con el Señor que lo salvó y su obediencia a la palabra escrita de Dios.

Recuerde, en Cristo estamos completos, no nos falta nada, tenemos todo el equipamiento necesario para utilizar en todo momento, y así no dejarnos sorprender por el enemigo, sobre todo mantener la buena comunicación con el Señor nuestro Salvador.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

 

domingo, 29 de septiembre de 2024

Reflexión comenzando un nuevo mes.

En medio de las dificultades y problemas, en Cristo somos más que vencedores.

Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó. ¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros. ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro. Romano 8:28-39

El propósito central en la vida del cristiano, no es hacer cosas, no es tener ministerios, no es realizar milagros, no es predicar, no es testificar, no es hablar en lenguas, no es tener dones, estos también son propósitos de Dios, pero no es lo central. Entonces ¿cuál es? se preguntará usted. Este pasaje bíblico, nos enseña que el propósito es, que cada uno de nosotros los que hemos nacido de nuevo, seamos hechos conforme a la imagen de Cristo, para que Cristo sea el primogénito entre muchos hermanos. Como consecuencia de ser como Cristo, todo lo demás toma sentido en nuestra vida, porque con los dones y talentos que Dios nos da, podemos servirle de una manera eficaz, andando en el poder del Espíritu Santo, como anduvo Cristo.

¡Por eso es maravilloso amar a Dios! Porque hay grandes planes para nuestra vida presente y futura, estando del lado de Dios, si Él es por nosotros, ¿Quién contra nosotros? ¿Qué nos puede separar del amor de Dios en Cristo Jesús, ante toda prueba y ante toda lucha, la victoria está asegurada en Cristo, porque Él ya venció, nosotros solos debemos apropiarnos de esa victoria, ¡Somos más que vencedores en Cristo!

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

 

miércoles, 25 de septiembre de 2024

Por favor no confundir.

No amar al mundo, no significa que debamos despreciarnos unos a otros.

No amen al mundo, ni lo que hay en el mundo. Si alguno ama al mundo, no ama al Padre; porque nada de lo que el mundo ofrece viene del Padre, sino del mundo mismo. Y esto es lo que el mundo ofrece: los malos deseos de la naturaleza humana, el deseo de poseer lo que agrada a los ojos y el orgullo de las riquezas. Pero el mundo se va acabando, con todos sus malos deseos; en cambio, el que hace la voluntad de Dios vive para siempre. 1 Juan 2:15-17

Cuando la palabra de Dios habla de no amar al mundo, se refiere a las cosas que el mundo propone, al sistema político, religioso y económico que impera en este mundo, eso nunca incluye a las personas. Cada persona en este mundo necesita del amor de Dios, por eso el mandato de Jesús de amarnos unos a otros, como él nos ama no pierde vigencia, y no se debe hacer diferencia entre incrédulos y creyentes, todos necesitamos ser amados.

Cuando en el seno de la ONU hablan de la Agenda 2030 y ahora el Pacto del Futuro, no es otra cosa que a nivel mundial se quiere favorecer a unos pocos y esclavizar ideológicamente a millones de personas, con leyes diabólicas que alientan el aborto para disminuir la población mundial, y un libertinaje en la moralidad de las personas, donde todo es permitido. Un pequeño grupo de personas quieren decidir cómo debemos vivir, qué debemos hacer, qué debemos creer, y a quienes debemos aceptar. Estas son las cosas que no se deben aceptar, ni amar. Los gobiernos ya no podrán tomar sus propias decisiones, sino que tendrán que seguir los lineamientos del pacto del futuro, aun en contra de las necesidades del pueblo que los votó.

Por las Sagradas Escrituras sabemos que el mundo entero está bajo el control del maligno, eso hace que todo lo que el sistema que el mundo propone como bueno, especialmente dirigido a los niños, adolescentes y jóvenes no siempre lo es, aunque lo parezca. Por lo tanto hay que tener cuidado, porque es un sistema donde las cosas materiales tienen mayor valor que las personas. Jesús dijo; que el maligno, el diablo, vino para hurtar, matar y destruir, es tarea del adversario proponer al ser humano cosas que son destructivas para la vida de la persona, los envases de presentación pueden ser muy atractivos, pero el contenido es veneno para la mente y nocivas para el alma humana. Estas propuestas destructivas se presentan como derechos humanos, haciendo creer que cada uno tiene derecho de hacer lo que bien le parezca sin importar a quienes están perjudicando, riquezas fáciles, diversiones y placeres sin límites que terminan dañando y esclavizando a las personas, no permiten ser libres en las decisiones, trayendo enemistades innecesarias y provocando confusión, dolor, muerte y destrucción.

Sin embargo lo que Jesús ofrece, es vida y vida en abundancia. Solamente viviendo en Cristo, se puede apreciar el verdadero valor de la vida, se descubre que esta vida física no es todo, sino que hay una eternidad para disfrutar en plenitud la vida que Dios nos da. La vida en la tierra es la preparatoria, es donde aprendemos a poner en orden los principios y valores que nos acompañarán en la eternidad, a practicar una moralidad sana basada en los principios bíblicos, lo cual nos habilita para la vida en el reino de Dios. Por eso es necesario, prestar atención donde gastamos mayor energía, donde ponemos mayor esfuerzo, ¿será en lo material o será en las cosas espirituales? No hablo de ser religioso, sino de ocuparse de alimentar el espíritu, porque todo lo que sea material, termina en la tumba, sin embargo lo espiritual continúa en la eternidad con nosotros y junto a Dios.

Por último, el consejo bíblico es, amar a Dios por sobre toda las cosas, amar al prójimo como a uno mismo, pero, al prójimo, no sus conductas perversas y equivocadas, y disfrutar de las cosas que Dios permite que tengamos, utilizando para hacer el bien y disfrutar de una vida en libertad.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 23 de septiembre de 2024

Meditemos en esto que es necesario en la vida diaria.

Permaneciendo en la doctrina de Cristo, solamente se puede descubrir el engaño de las falsas enseñanzas y los falsos maestros.

Me he alegrado mucho de encontrar a algunos de los tuyos viviendo conforme a la verdad, como Dios el Padre nos ha mandado. Ahora, queridos hermanos, les ruego que nos amemos los unos a los otros. Esto que les escribo no es un mandamiento nuevo, sino el mismo que recibimos desde el principio. El amor consiste en vivir según los mandamientos de Dios, y el mandamiento, como ya lo han oído ustedes desde el principio, es que vivan en el amor. Pues andan por el mundo muchos engañadores que no reconocen que Jesucristo vino como hombre verdadero. El que es así, es el engañador y el Anticristo. Tengan ustedes cuidado, para no perder el resultado de nuestro trabajo, sino recibir su recompensa completa. Cualquiera que pretenda avanzar más allá de lo que Cristo enseñó, no tiene a Dios; pero el que permanece en esa enseñanza, tiene al Padre y también al Hijo. Si alguno va a visitarlos a ustedes y no lleva esta enseñanza, no lo reciban en casa ni lo saluden; porque quien lo salude se hará cómplice de sus malas acciones. 2 Juan 1:4-11

En el mundo actual lo que predomina en todos los ámbitos, es la violencia, las guerras, las enemistades, el maltrato, la venganza, el odio, las malas palabras, la mentira, el engaño, el ateísmo, la injusticia, etc., y desde niños se convive con esas conductas o actitudes, las cuales se van incorporando al diario vivir de las personas, es por esto que nuestra sociedad se va deteriorando continuamente. Sin embargo la vida puede ser diferente, no en nuestras fuerzas, sino en Cristo.

La biblia nos enseña que Dios es amor, y sus mandamientos siempre tienen que ver con el amor a Dios, y con el amor entre nosotros, también el creer a Dios y la fe en Cristo. Ahora bien, esto es algo que supera a nuestro amor humano, porque para poder amar a alguien, ese alguien debe merecer nuestro amor, sino es imposible amarlo. Es por eso que necesitamos del amor de Dios en nosotros, para poder dar cumplimiento a ese mandamiento. El amor de Dios, es el amor Ágape, ese amor es el que llevó a Dios a entregar a su Hijo Único, para que cargara sobre él, el pecado de todos nosotros, cuando nosotros éramos enemigos de Dios, por causa del pecado que había en nosotros. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Romanos 5:8. Este es el amor que debe llevarnos a vivir las enseñanzas de Cristo, amar su palabra escrita, y así también amarnos unos a otros, como Cristo nos amó, viviendo conforme a la verdad.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

domingo, 22 de septiembre de 2024

Para meditar en la semana.

Primavera espiritual, renovación de vida y una esperanza verdadera.

Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que por su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo por la resurrección de Jesucristo. Esto nos da una esperanza viva, y hará que ustedes reciban la herencia que Dios les tiene guardada en el cielo, la cual no puede destruirse, ni mancharse, ni marchitarse. Por la fe que ustedes tienen en Dios, él los protege con su poder para que alcancen la salvación que tiene preparada, la cual dará a conocer en los tiempos últimos. Por esta razón están ustedes llenos de alegría, aun cuando sea necesario que durante un poco de tiempo pasen por muchas pruebas. Porque la fe de ustedes es como el oro: su calidad debe ser probada por medio del fuego. La fe que resiste la prueba vale mucho más que el oro, el cual se puede destruir. De manera que la fe de ustedes, al ser así probada, merecerá aprobación, gloria y honor cuando Jesucristo aparezca. Ustedes aman a Jesucristo, aunque no lo han visto; y ahora, creyendo en él sin haberlo visto, se alegran con una alegría tan grande y gloriosa que no pueden expresarla con palabras, porque están alcanzando la meta de su fe, que es la salvación. Los profetas estudiaron e investigaron acerca de esta salvación, y hablaron de lo que Dios en su bondad iba a darles a ustedes. El Espíritu de Cristo hacía saber de antemano a los profetas lo que Cristo había de sufrir y la gloria que vendría después; y ellos trataban de descubrir el tiempo y las circunstancias que señalaba ese Espíritu que estaba en ellos. Pero Dios les hizo saber que lo que ellos anunciaban no era para ellos mismos, sino para bien de ustedes. Ahora pues, esto es lo que les ha sido anunciado por los mismos que les predicaron el evangelio con el poder del Espíritu Santo que ha sido enviado del cielo. ¡Éstas son cosas que los ángeles mismos quisieran contemplar! 1 Pedro 1:3-12.

El apóstol Pedro está animando a la iglesia de Cristo, a ser fortalecida con una esperanza viva en el Señor. Este tiempo primaveral que estamos viviendo en el hemisferio sur, donde todo comienza a reverdecer, nos recuerda que así nuestra vida se renueva en Cristo, muchos quizás en lo personal, saliendo de un duro invierno, con muy pocas fuerzas para continuar y poca esperanza de cambio. Sin embargo la naturaleza misma nos enseña que, aunque tengan un desbastador invierno, a su tiempo todo comienza a renacer, aunque pareciera que todo está muerto.

Dice la biblia que, Dios nos dio vida aun cuando nosotros estuvimos muertos en delitos y pecados, cuanto más ahora que quizás solo sean algunos problemas, inconvenientes o pruebas que se debe atravesar para que la fe sea probada, siendo fortalecida al comprobar que el Dios en el cual confiamos, nos guarda y protege en todo tiempo. ¡Por eso a no desanimarse! Los problemas, dificultades, circunstancia de la vida adversa, solo son momentáneos, todo eso pasa, pero el que hace la voluntad de Dios, permanece para siempre con la esperanza de tener una vida y un futuro mejor en el reino de los cielos.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

miércoles, 18 de septiembre de 2024

¡Noticia urgente! ¡El tiempo se acaba!

¡Dios está reconciliando consigo al mundo, por medio de Cristo!

El amor de Cristo se ha apoderado de nosotros desde que comprendimos que uno murió por todos y que, por consiguiente, todos han muerto. Y Cristo murió por todos, para que los que viven ya no vivan para sí mismos, sino para él, que murió y resucitó por ellos. Por eso, nosotros ya no pensamos de nadie según los criterios de este mundo; y aunque antes pensábamos de Cristo según tales criterios, ahora ya no pensamos así de él. Por lo tanto, el que está unido a Cristo es una nueva persona. Las cosas viejas pasaron; se convirtieron en algo nuevo. Todo esto es la obra de Dios, quien por medio de Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el encargo de anunciar la reconciliación. Es decir que, en Cristo, Dios estaba reconciliando consigo mismo al mundo, sin tomar en cuenta los pecados de los hombres; y a nosotros nos encargó que diéramos a conocer este mensaje. Así que somos embajadores de Cristo, lo cual es como si Dios mismo les rogara a ustedes por medio de nosotros. Así pues, en el nombre de Cristo les rogamos que acepten el reconciliarse con Dios. Cristo no cometió pecado alguno; pero por causa nuestra, Dios lo hizo pecado, para hacernos a nosotros justicia de Dios en Cristo. 2 Corintios 5:14-21

En medio de un mundo donde impera el terrorismo en sus distintas formas, con violencia, muerte, guerras, pedofilia,  secuestros, asesinatos, desplazamientos de personas, dictadores, narcotraficantes, injusticia social, etc. Desde el cielo se escucha una noticia diferente, una buena noticia para el ser humano, ¡no todo está perdido, hay esperanza de vida! ¡Cristo vive y es el Salvador del mundo!

Usted se preguntará ¿Qué debe hacer la persona para estar a salvo de todo esto? Lo primero es reconocer que está perdida, alejada de Dios por causa del pecado, tal vez la persona sea muy religiosas y pueda decir, yo no hago mal a nadie, soy un buen ciudadano, buena ciudadana, un buen vecino, una buena vecina, un buen esposo, una buena esposa, un buen padre, una buena madre, un buen hijo o hija, en fin una buena persona, ¿Por qué voy a estar perdida? Cada persona no es pecadora por lo que hace, sino que ya nace bajo la maldición del pecado, bajo condenación, separada de Dios, por lo tanto necesita reconciliarse con Dios su creador.

Por eso Dios envió a su Único Hijo a este mundo en forma humana, así  por medio del sacrificio de Cristo reconciliar al mundo con él, perdonando sus pecados. ¡No hay otra manera de ser salvos! Esto dijo Jesús; Pues Dios amó tanto al mundo, que dio a su Hijo único, para que todo aquel que cree en él no muera eternamente, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. Juan 3:16. Este es el tiempo para creer en Jesús, ya no queda mucho tiempo por delante, pronto la iglesia de Cristo, será sacada de este mundo, y vienen los juicios de Dios sobre los moradores de la tierra. ¡Hoy es el día de salvación! No esperes más, mañana puede ser tarde, hoy ¡reconciliate con Dios! acércate y comienza una nueva vida en Cristo, libre de toda condenación y con la esperanza de una eternidad gloriosa en el reino de Dios. La reconciliación con Dios, no viene a través de la religión, ni de las buenas obras, tampoco por medio de las imágenes, menos aún por hacer algún tipo de sacrificio, es solamente por medio de Cristo y su obra redentora.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 16 de septiembre de 2024

Comenzando la semana.

 La prosperidad que viene de Dios, comienza en el interior de la persona.

El anciano saluda al querido Gayo, a quien ama en verdad. Querido hermano, pido a Dios que, así como te va bien espiritualmente, te vaya bien en todo y tengas buena salud. Me alegré mucho cuando algunos hermanos vinieron y me contaron que te mantienes fiel a la verdad. No hay para mí mayor alegría que saber que mis hijos viven de acuerdo con la verdad. 3 Juan 1

Si hay algo que todo ser humano anhela, es ser prosperado, tener bienes, ser rico, por lo tanto busca de distintas manera lograr ese objetivo, lo cual muchas veces les lleva a errar el camino recto, atrayendo sobre su vida y su familia muchos inconvenientes y problemas. Ahora bien, ser rico, tener bienes, ser prosperado no está mal, no es pecado, son cosas necesarias para desarrollar la vida humana.

Debemos recordar que la biblia no está en contra de ser prosperado, tener bienes materiales  y una cuenta bancaria, al contrario, Dios quiere que seamos ricos, pero en el buen sentido de la palabra, porque ser rico no significa amontonar riquezas, una persona puede tener todas las riquezas materiales, pero eso no le garantiza que sea rico. Dios dice; Porque tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas. Apocalipsis 3:17

La verdadera riqueza y la salud humana, comienza en el interior de la persona, en el espíritu, una persona rica, próspera, saludable, siempre será generosa, desinteresada, se manifiesta continuamente en lo cotidiano, aun cuando no cuente con grandes riquezas materiales, comparte con los que más necesitan, porque sabe que para un buen vivir, es Dios quien le provee por medio de su bendición. La bendición del Señor es riqueza
que no trae dolores consigo. Proverbios 10:22

Por último, es mi oración y ruego al Señor, que todos sean personas prósperas, tengan buena salud y les vaya bien en todo.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 11 de septiembre de 2024

La vida del cristiano afecta el medio ambiente para bien.

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse. Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza; porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios. Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora; y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo. Porque en esperanza fuimos salvos; pero la esperanza que se ve, no es esperanza; porque lo que alguno ve, ¿a qué esperarlo? Pero si esperamos lo que no vemos, con paciencia lo aguardamos. Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Más el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Romano 8:18-27

¡La vida en Cristo es maravillosa! Pero no es una vida fácil, es una vida desafiante. Usted se preguntará, ¿Por qué el anhelo ardiente de toda la creación, es aguardar la manifestación de los hijos de Dios? Porque la manifestación de los hijos de Dios, incluye nuestra redención, con el arrebatamiento de la iglesia, y así Dios puede juzgar la maldad de los moradores de la tierra, a través de la gran tribulación que sufrirá la humanidad que no aceptó la obra de  Cristo en sus vidas. La creación toda recibirá redención al final de los tiempos, es la promesa de Dios. La biblia dice; Después vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra habían dejado de existir, y también el mar. Vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que bajaba del cielo, de la presencia de Dios. Estaba arreglada como una novia vestida para su prometido. Y oí una fuerte voz que venía del trono, y que decía: Aquí está el lugar donde Dios vive con los hombres. Vivirá con ellos, y ellos serán sus pueblos, y Dios mismo estará con ellos como su Dios. Secará todas las lágrimas de ellos, y ya no habrá muerte, ni llanto, ni lamento, ni dolor; porque todo lo que antes existía ha dejado de existir. El que estaba sentado en el trono dijo: Yo hago nuevas todas las cosas. Y también dijo: Escribe, porque estas palabras son verdaderas y dignas de confianza. Apocalipsis 21

Los abraza en Cristo. P. Sosa.  

 

domingo, 8 de septiembre de 2024

Reflexión semanal.

La fe en Cristo del creyente, vence al sistema maligno de este mundo.

Todo el que tiene fe en que Jesús es el Mesías, es hijo de Dios; y el que ama a un padre, ama también a los hijos de ese padre. Cuando amamos a Dios y hacemos lo que él manda, sabemos que amamos también a los hijos de Dios. El amar a Dios consiste en obedecer sus mandamientos; y sus mandamientos no son una carga, porque todo el que es hijo de Dios vence al mundo. Y nuestra fe nos ha dado la victoria sobre el mundo. El que cree que Jesús es el Hijo de Dios, vence al mundo. 1 Juan 5:1-5

El sistema de este mundo, continuamente quiere arrastrar a la persona, a una vida de violencia, enemistades y engaños, también de egoísmo, de envidia, de celos, de corrupción, de quejas, de malestar, de desaliento, de ira, en fin de todo aquello que no permite disfrutar la vida con gozo y alegría, y muchas veces también el cristiano, cae en esa corriente sin darse cuenta y vive con amargura y tristeza.

Los creyentes en Cristo Jesús estamos desafiados a vivir en el mundo, pero sin ser parte de este mundo. ¿Por qué no debemos ser parte del mundo? ¿En que afectaría nuestra vida? Quizás se pregunte usted. Jesús dijo que, el mundo entero yace bajo el poder del maligno, o sea que toda persona sin Cristo, está bajo la influencia del sistema de este mundo, y ese sistema está infestado por el pecado, a través de la corrupción y la maldad. Por lo tanto si el cristiano quiere ser parte de este mundo, tiene que adoptar el sistema del mundo y eso va en contra de su fe, y en contra de lo que a Dios agrada, y en nada lo beneficia.

Toda persona que sigue a Cristo tiene la ayuda del Espíritu Santo en su vida, para amar a Dios, amar a los hermanos en la fe, y también poder amar a esa persona que le hace la vida imposible, sabiendo que esa persona se comporta equivocadamente, por la sencilla razón de no conocer a Dios y no tener a Cristo en su vida. Pero el creyente con una actitud comprensiva de amor, de misericordia, puede ser el instrumento que Dios utilice para salvar esa vida, sacándola de la influencia de los espíritus malignos que los atormentan. También el creyente en Cristo puede y debe contentarse con las cosas que Dios diariamente les provee, como ser la vida, la salud, la paz interior, el dominio propio, la sabiduría y la inteligencia, para saber cómo moverse dentro de este sistema sin ser afectado por el mismo. Tiene el poder para decidir obedecer las enseñanzas de Cristo para vivir una vida victoriosa, o dejarse arrastrar por el sistema contaminado del mundo y vivir en derrota.

Recuerden que Jesús dijo; Yo les he dicho estas cosas para que en mí hallen paz. En este mundo afrontarán aflicciones, pero ¡anímense! Yo he vencido al mundo. Juan 16:33

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

¡Vivir en el Espíritu es sumamente gratificante!

Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte. Porque lo que era imposible para la ley, por cuanto era débil por la carne, Dios, enviando a su Hijo en semejanza de carne de pecado y a causa del pecado, condenó al pecado en la carne; para que la justicia de la ley se cumpliese en nosotros, que no andamos conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz. Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden; y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios. Más ustedes no viven según la carne, sino según el Espíritu, si es que el Espíritu de Dios mora en ustedes. Y si alguno no tiene el Espíritu de Cristo, no es de él. Pero si Cristo está en ustedes, el cuerpo en verdad está muerto a causa del pecado, más el espíritu vive a causa de la justicia. Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en ustedes, el que levantó de los muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en ustedes. Así que, hermanos, deudores somos, no a la carne, para que vivamos conforme a la carne; porque si vivís conforme a la carne, moriréis; más si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis. Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre! El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Romanos 8:1-17

La persona al nacer de nuevo en Cristo, ya no se somete a los caprichos de su vieja naturaleza, sino que ahora se deja guiar por el Espíritu de Dios que habita en su corazón. ¿Cómo sabemos que hemos nacido de nuevo? Quizás se pregunte usted, leemos que, El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.

De esa manera la persona ya no anda conforme a su naturaleza, sino que sus pensamientos, sus palabras, sus acciones y su comportamiento es conforme al Espíritu de Cristo. Al vivir de esta forma, su vida agrada a Dios y no hay ninguna condenación para ella, porque su vida está revestida de Cristo, ya no se rinde ante sus deseos naturales, sino que satisface su necesidad espiritual en la palabra de Dios.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.