viernes, 23 de agosto de 2024

Siendo responsable con nuestra vida, estamos sirviendo a Dios.

¿Entonces qué? ¿Vamos a pecar porque no estamos sujetos a la ley sino a la bondad de Dios? ¡Claro que no! Ustedes saben muy bien que si se entregan como esclavos a un amo para obedecerlo, entonces son esclavos de ese amo a quien obedecen. Y esto es así, tanto si obedecen al pecado, lo cual lleva a la muerte, como si obedecen a Dios para vivir en la justicia. Pero gracias a Dios que ustedes, que antes eran esclavos del pecado, ya han obedecido de corazón a la forma de enseñanza que han recibido. Una vez libres de la esclavitud del pecado, ustedes han entrado al servicio de la justicia. (Hablo en términos humanos, porque ustedes, por su debilidad, no pueden entender bien estas cosas.) De modo que, así como antes entregaron su cuerpo al servicio de la impureza y la maldad para hacer lo malo, entreguen también ahora su cuerpo al servicio de la justicia, con el fin de llevar una vida santa. Cuando ustedes todavía eran esclavos del pecado, no estaban al servicio de la justicia; pero ¿qué provecho sacaron entonces? Ahora ustedes se avergüenzan de esas cosas, pues sólo llevan a la muerte. Pero ahora, libres de la esclavitud del pecado, han entrado al servicio de Dios. Esto sí les es provechoso, pues el resultado es la vida santa y, finalmente, la vida eterna. El pago que da el pecado es la muerte, pero el don de Dios es vida eterna en unión con Cristo Jesús, nuestro Señor. Romanos 6:15-23

Hay un pensamiento en una gran mayoría de personas que dicen, si Dios ya perdonó todos mis pecados, no tengo que preocuparme, puedo seguir pecando, total ya están perdonados. Este es un pensamiento totalmente equivocado, es un pensamiento que proviene de la naturaleza humana pecaminosa, porque el que ha nacido de Dios, ya no quiere practicar el pecado, porque sabe que esta práctica conduce a la muerte espiritual, a la separación de Dios.

Debemos saber que los nacidos de nuevo, al estar santificado en Cristo, no pecan voluntariamente, eso no quiere decir que no tengan pecado, porque mientras estemos en este cuerpo, se peca involuntariamente por descuido, por ignorancia o por error. Por eso la biblia dice; Hijitos míos, les escribo estas cosas para que no cometan pecado. Aunque si alguno comete pecado, tenemos ante el Padre un defensor, que es Jesucristo, y él es justo. Jesucristo se ofreció en sacrificio para que nuestros pecados sean perdonados; y no sólo los nuestros, sino los de todo el mundo. 1 Juan 2:1

Cada persona es libre para decidir sobre su vida y qué hacer con ella, puede continuar al servicio del pecado para muerte, o entregar voluntariamente su vida a Cristo y estar a su servicio, en santidad y devoción al Dios que lo salvó por amor.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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