La solidaridad es importante ante los ojos de Dios.
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. 1 Timoteo 6:17
Normalmente la sociedad hace esta diferencia entre las personas, por un lado los ricos, los que tienen dinero o propiedades, y por el otro los pobres, los que viven el día a día, los que no tienen dinero guardado, ni propiedades. Ambos son necesarios, porque unos necesitan del otro, e interactúan para ayudarse mutuamente, los que más tienen son las personas que deben ayudar a los que necesitan. La biblia dice; El nombre del Señor es una torre poderosa a la que acuden los justos en busca de protección. El rico cree que sus riquezas son una ciudad protegida por altos muros. Proverbios 18:10-11. La diferencia entre ambos es que; el pobre acude y confía en Dios, mientras que el rico, normalmente confía en las riquezas que tiene y se aferra a ellas.
Es muy humano confiar en el dinero ahorrado, en un buen trabajo, en personas influyentes, en un negocio rentable o bienes acumulados, todo eso da cierta seguridad, pero también sin querer quizás se vuelven egoístas y mezquinos, porque lo que tienen lo han logrado tal vez haciendo un gran esfuerzo, y no quieren compartirlo con nadie. Por eso la recomendación bíblica es, no ser altivos ni confiar en esas riquezas materiales que son inciertas, que hoy están pero mañana no se sabe. La esperanza de cada persona en este mundo, siempre debe estar en Dios, porque es él quien nos da la vida, la salud, las capacidades, y la sabiduría para generar las riquezas y así poder compartir con otros.
Cuando la confianza está puesta en Dios, la persona está dispuesta a brindar su ayuda a quien lo necesita, se distingue por su humildad, su generosidad, su amor a Dios y al prójimo, es verdaderamente rico en buenas obras aunque no tenga bienes materiales, y no teme por su futuro eterno.
Por ultimo; Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. Proverbios 19:17
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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