El poder del evangelio para cambiar la vida y la sociedad para bien.
No me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para que todos los que creen alcancen la salvación, los judíos en primer lugar, pero también los que no lo son. Pues el evangelio nos muestra de qué manera Dios nos hace justos: es por fe, de principio a fin. Así lo dicen las Escrituras: El justo por la fe vivirá.
Romanos 1:1-17
La realidad nos muestra que toda persona en este mundo, necesita ser salvo de alguna situación o condición. Pero la mayor necesidad es ser salvo de la condenación eterna. Para eso vino Jesús a este mundo, es el único que puede sacarle de esa condición al ser humano.
Y el apóstol Pablo siendo un gran referente de la religión judía y farisaica, fue escogido por Dios para anunciar el evangelio a las personas no judías, en su encuentro con Jesús tuvo la verdadera visión con respecto al plan de Dios para la salvación de cada persona en este mundo, entonces escribió; No me avergüenzo del evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree.
La salvación del ser humano no está en la religión, no está en la política, no está en las riquezas, no está en la fama, tampoco en la inteligencia artificial, menos aún en los gobiernos de turnos. La salvación de cada persona está en Cristo. La biblia dice; Así pues, ahora ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús, porque la ley del Espíritu que da vida en Cristo Jesús, te liberó de la ley del pecado y de la muerte. Romanos 8:1.
Ahora bien, la salvación no es corporativa, es algo individual, es la decisión personal de cada uno. Pero, cuando una persona toma la decisión correcta con respecto a Cristo y su obra redentora, afecta para bien a toda su familia. Siendo la familia la base de la sociedad, también la sociedad es afectada para bien. Porque ¡el evangelio es poder de Dios! ¡Tan solamente si el mundo entendiera, qué distinto sería la vida en esta tierra!
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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