miércoles, 14 de agosto de 2024

El propósito de la ley dada por medio de Moisés.

Entonces, ¿para qué sirve la ley? Fue dada después, para poner de manifiesto la desobediencia de los hombres, hasta que viniera esa descendencia a quien se le había hecho la promesa. La ley fue proclamada por medio de ángeles, y Moisés sirvió de intermediario. Pero no hay necesidad de intermediario cuando se trata de una sola persona, y Dios es uno solo. ¿Acaso esto quiere decir que la ley está en contra de las promesas de Dios? ¡Claro que no! Porque si la ley pudiera dar vida, entonces la justicia realmente se obtendría en virtud de la ley. Pero, según lo que dice la Escritura, todos son prisioneros del pecado, para que quienes creen en Jesucristo puedan recibir lo que Dios ha prometido. Antes de venir la fe, la ley nos tenía presos, esperando a que la fe fuera dada a conocer. La ley era para nosotros como el esclavo que vigila a los niños, hasta que viniera Cristo, para que por la fe obtuviéramos la justicia. Pero ahora que ha llegado la fe, ya no estamos a cargo de ese esclavo que era la ley, pues por la fe en Cristo Jesús todos ustedes son hijos de Dios, ya que al unirse a Cristo en el bautismo, han quedado revestidos de Cristo. Ya no importa el ser judío o griego, esclavo o libre, hombre o mujer; porque unidos a Cristo Jesús, todos ustedes son uno solo. Y si son de Cristo, entonces son descendientes de Abraham y herederos de las promesas que Dios le hizo. Gálatas 3:19-29

Los diez mandamientos o la Ley de Dios como se los conoce, son los principios y valores de vida del ser humano dados por Dios. A través de ellos sabemos lo que es bueno y lo que no se debe hacer, porque a Dios no le agrada, porque a nosotros lo malo nos destruye. Leyendo y meditando en la ley de Dios, vamos descubriendo nuestra verdadera condición frente al Creador, por ella sabemos que estamos apartados de Dios, porque todo lo que la ley dice que no debemos hacer, lo hacemos. Los mandamiento nos dejan expuestos ante Dios como pecadores, apartados de Dios y bajo condenación, triste situación la nuestra.

El Señor Jesucristo, con su venida a este mundo naciendo de la virgen María como un ser humano, fue necesario para sacarnos de esa condición, librarnos del poder del diablo, del pecado y de la muerte. Es el perfecto plan de Dios, para traer salvación a todo aquel que cree en él. Ningún ser humano tiene la capacidad de perdonar pecados, eso solo es una facultad del Santo Dios, y la biblia dice que solamente en Cristo, los pecados de las personas son perdonados, al aceptar el sacrificio de Cristo a favor nuestro, creyendo en él. Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él. El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios. Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas. Juan 3:17. Dios en su gran misericordia, sigue buscando a cada persona en este mundo, para darle salvación, no para condenarla, sino para salvarla de su triste condición. Para usted ¿Cristo es su único y suficiente salvador, o necesita algo más?

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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