La libertad del ser humano es consecuencia de tener una buena dependencia.
Jesús dijo; Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Juan 6:38
La biblia dice; porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solamente que no usen la libertad como ocasión para la carne, sino sírvanse por amor unos a otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Gálatas 5:13-14
Muchas veces se confunde libertad con independencia, y no siempre es así. Hay personas que son independiente, pero no son libres, porque hay situaciones que tienen que atravesar donde se necesita cierta dependencia. Por ejemplo; una persona que no depende de nadie, ni se somete a nadie, en un determinado momento de imposibilidad física, económica, emocional o espiritual, requiere ayuda, y para eso tiene que someterse a alguien para recibir esa ayuda. Sin embargo, una persona con una buena dependencia es libre, porque sabe que ante una situación complicada, puede acudir a esa persona o autoridad en la cual confía, en busca de ayuda sabiendo que recibirá contención.
La vida en Cristo no es diferente, la persona que encuentra la libertad en Cristo y sus enseñanzas, es una persona que comienza a depender enteramente de la guia del Espíritu Santo en su diario andar. Eso la lleva a ser cada día más libre, puede tomar decisiones sabias, rechazar lo que no le conviene en su vida, puede decir no, a cualquier conducta inmoral o pecaminosa. Sin embargo, cada persona que no quiere aceptar el Señorío de Cristo en su vida, que no deja que la palabra de Dios alumbre su caminar, es alguien que termina siendo esclavo de sus propios deseos carnales, es depresiva, es agresiva, es cautiva de sus temores y miedos, no tiene fuerza para rechazar las cosas que le hacen daño, sin darse cuenta comienza a transitar el camino hacia su propia destrucción.
Por eso, no es libre la persona que no depende de nadie, sino que es libre, quien tiene una buena dependencia. Para ser libre la persona necesita de alguien seguro y confiable, tener un patrón de moralidad, de conducta, de pensamiento, de comportamiento, el cual irá mostrando continuamente el límite entre el bien y el mal, lo que conviene y lo que no conviene, entre lo sano y lo nocivo, para que cada persona decida que hacer o rechazar libremente con responsabilidad, lo que le hace bien.
Por último, Jesús dijo; Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad les hará libres. Juan 8:31, esto sí que es verdadera libertad para disfrutar de la vida.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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