domingo, 28 de julio de 2024

Responsabilidad y beneficios de la vida en Cristo.

Dios, por su poder, nos ha concedido todo lo que necesitamos para la vida y la devoción, al hacernos conocer a aquel que nos llamó por su propia grandeza y sus obras maravillosas. Por medio de estas cosas nos ha dado sus promesas, que son muy grandes y de mucho valor, para que por ellas lleguen ustedes a tener parte en la naturaleza de Dios y escapen de la corrupción que los malos deseos han traído al mundo. Y por esto deben esforzarse en añadir a su fe la buena  conducta; a la buena conducta, el entendimiento; al entendimiento, el dominio propio; al dominio propio, la paciencia; a la paciencia, la devoción; a la devoción, el afecto fraternal; y al afecto fraternal, el amor. Si ustedes poseen estas cosas y las desarrollan, ni su vida será inútil ni habrán conocido en vano a nuestro Señor Jesucristo. Pero el que no las posee es como un ciego o corto de vista; ha olvidado que fue limpiado de sus pecados pasados. Por eso, hermanos, ya que Dios los ha llamado y escogido, procuren que esto arraigue en ustedes, pues haciéndolo así nunca caerán. De ese modo se les abrirán de par en par las puertas del reino eterno de nuestro Señor y Salvador  Jesucristo. Por eso les seguiré recordando siempre todo esto, aun cuando ya lo saben y permanecen firmes en la verdad que les han enseñado. Mientras yo viva, creo que estoy en el deber de llamarles la atención con estos consejos. Nuestro Señor Jesucristo me ha hecho saber que pronto habré de dejar esta vida; pero haré todo lo posible para que también después de mi muerte se acuerden ustedes de estas cosas. 2 Pedro 1:3-15

Cada persona que recibe a Cristo en su vida como su salvador personal, nace de nuevo en Cristo, hay un cambio radical en su vida, su espíritu es vivificado, su corazón es cambiado, su mente es renovada y su voluntad controlada. Ahora puede decidir con sabiduría, respecto a cómo quiere vivir su vida, está en condiciones de hacerlo porque tiene vida espiritual. Pero no debe olvidar que también es responsable para con Dios, de cómo usa esa nueva vida recibida, por eso debe añadir algunas cosas que mejoran su calidad de vida, no para ser salva, sino porque es salva, debe manifestar con sus hechos y comportamiento, de que está viviendo en Cristo. No tienen que ver con cumplimiento de rituales, sino que es incorporar los principios de vida en Cristo, algo nuevo para la persona y que debe aprender a usarlos diariamente.

Cada persona lavada con la sangre de Cristo, perdonados sus pecados, adoptada como hijo por Dios, sellada con su Espíritu Santo, debe comenzar a desechar toda enseñanza nociva, toda conducta equivocada y todo comportamiento contaminado por el mal y la maldad, porque ahora puede hacerlo. Para incorporar conductas sana de moralidad fundamentadas en la palabra de Dios, enseñanza espiritual bíblica y temor reverente de Dios. Eso es lo que produce crecimiento espiritual, sanidad interior y conocimiento de Dios, para una vida victoriosa en medio de circunstancias adversas. Hacer todo esto no es para ser salvos, sino porque somos salvos, debemos manifestar esa transformación de vida en Cristo, viviendo una vida diferente al común de la gente.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

sábado, 27 de julio de 2024

Resultados de la justificación ante Dios.

Puesto que Dios ya nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos de los sufrimientos; porque sabemos que el sufrimiento nos da firmeza para soportar, y esta firmeza nos permite salir aprobados, y el salir aprobados nos llena de esperanza. Y esta esperanza no nos defrauda, porque Dios ha llenado con su amor nuestro corazón por medio del Espíritu Santo que nos ha dado. Pues cuando nosotros éramos incapaces de salvarnos, Cristo, a su debido tiempo, murió por los pecadores. No es fácil que alguien se deje matar en lugar de otra persona. Ni siquiera en lugar de una persona justa; aunque quizás alguien estaría dispuesto a morir por la persona que le haya hecho un gran bien.
Pero Dios prueba que nos ama, en que, cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros. Y ahora, después que Dios nos ha hecho justos mediante la muerte de Cristo, con mayor razón seremos salvados del castigo final por medio de él. Porque si Dios, cuando todavía éramos sus enemigos, nos reconcilió consigo mismo mediante la muerte de su Hijo, con mayor razón seremos salvados por su vida, ahora que ya estamos reconciliados con él. Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios mediante nuestro Señor Jesucristo, pues por Cristo hemos recibido ahora la reconciliación. Romanos 5:1-11

Al ser justificados por Dios, hay un cambio radical en nuestras vidas. Lo primero es que estamos en paz con Dios por medio de Cristo, como consecuencia de eso, gozamos de su favor, eso nos da firmeza de carácter y trae esperanza cierta de que tenemos parte en la gloria de Dios. Al estar presente esos beneficios espirituales en mi vida, tenemos otra visión del diario vivir, hay una fuerza interior dentro nuestro que cambia nuestra perspectiva de vida. Esa fuerza  interior es el Espíritu Santo de Dios, quien vino para ayudarnos en nuestro diario caminar. No tiene que ver con cumplir o no la ley de Moisés, sino con una vida basada en las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo, donde el amor al prójimo es prioritario.

Al tener paz con Dios, hay paz y tranquilidad interior, eso hace que al relacionarnos con los demás, lo hagamos con amor, respeto y autoridad, cualquiera sea la situación que se presenta, sobre todo en el hogar con la familia, en el trabajo con los compañeros de labor y también cuando vamos a disfrutar de algún tipo de recreación social. Donde quiera que estemos somos agentes de reconciliación, para con Dios y entre nosotros.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

miércoles, 24 de julio de 2024

La promesa que Dios hace a Abraham, se recibe por la fe, nunca por obras.

Pues Dios prometió a Abraham y a sus descendientes que recibirían el mundo como herencia; pero esta promesa no estaba condicionada al cumplimiento de la ley, sino a la justicia que se basa en la fe. Pues si los que han de recibir la herencia son los que se basan en la ley, entonces la fe resultaría cosa inútil y la promesa de Dios perdería su valor. Porque la ley trae castigo; pero donde no hay ley, tampoco hay faltas contra la ley. Por eso, para que la promesa hecha a Abraham conservara su valor para todos sus descendientes, fue un don gratuito, basado en la fe. Es decir, la promesa no es solamente para los que se basan en la ley, sino también para todos los que se basan en la fe, como Abraham. De esa manera, él viene a ser padre de todos nosotros, como dice la Escritura: Te he hecho padre de muchas naciones. Éste es el Dios en quien Abraham creyó, el Dios que da vida a los muertos y crea las cosas que aún no existen. Cuando ya no había esperanza, Abraham creyó y tuvo esperanza, y así vino a ser padre de muchas naciones, conforme a lo que Dios le había dicho: Así será el número de tus descendientes. La fe de Abraham no se debilitó, aunque ya tenía casi cien años de edad y se daba cuenta de que tanto él como Sara ya estaban casi muertos, y que eran demasiado viejos para tener hijos. No dudó ni desconfió de la promesa de Dios, sino que tuvo una fe más fuerte. Alabó a Dios, plenamente convencido de que Dios tiene poder para cumplir lo que promete. Por eso, Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. Y esto de que Dios se lo tuvo en cuenta, no se escribió solamente de Abraham; se escribió también de nosotros. Pues Dios también nos tiene en cuenta la fe, si creemos en aquel que resucitó a Jesús, nuestro Señor, que fue entregado a la muerte por nuestros pecados y resucitado para hacernos justos. Romanos 4: 13-25

¡Qué maravilloso es el amor y la misericordia de Dios! Cada persona en este mundo tiene la garantía de Dios, que si cree en Cristo, es salvo y recibe todas las promesas hechas a su amigo Abraham. La persona no tiene que hacer ninguna cosa extra para ser salvo, Dios no pide absolutamente nada para salvarla, solo debe creer en lo que Dios dice. Eso hace que toda persona en este mundo tenga la misma oportunidad, porque es una solo decisión, creer o no creer, así de sencillo pero también muy profundo para la persona que es orgullosa, porque ella necesita hacer algo para satisfacer su ego. Por eso Jesús dijo; Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos. Mateo 5:3

La gracia de Dios para con las personas, es algo muy precioso porque trae esperanza, para todos, no excluye a nadie, todos tenemos la misma oportunidad, de acceder al perdón de nuestros pecados, por más groseros que hayan sido y pasar a ser hijos de Dios, por tan solo creerle a Dios por medio de la fe.

Ahora bien, lo que se debe entender es que, la salvación recibimos por gracia de Dios, pero, la santificación de vida diaria, es tarea nuestra. Esto dice la biblia; Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios. 2 Corintios 7:1

Tengamos en claro esto, nosotros las personas, nada podemos hacer para lograr nuestra salvación, eso es obra exclusiva de Dios. Pero la santidad de vida, sí es tarea nuestra, porque ahora el Espíritu Santo vive en nosotros, y somos nosotros los que tomamos la decisión de vida que llevamos. Siempre habrá dos opciones, vivir en la carne o vivir en el Espíritu, cada uno decide y se hace responsable de su elección.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

domingo, 21 de julio de 2024

Reflexión de la semana.

La plenitud de vida del creyente está en Cristo, no en la iglesia.

Tengan cuidado: no se dejen llevar por quienes los quieren engañar con teorías y argumentos falsos, pues ellos no se apoyan en Cristo, sino en las tradiciones de los hombres y en los poderes que dominan este mundo. Porque toda la plenitud de Dios se encuentra visiblemente en Cristo, y en él Dios los hace experimentar todo su poder, pues Cristo es cabeza de todos los seres espirituales que tienen poder y autoridad. En él también, ustedes han sido circuncidados, no con una circuncisión hecha por los hombres, sino con la circuncisión hecha por Dios al unirlos a Cristo y despojarlos de su naturaleza pecadora. Al ser bautizados, ustedes fueron sepultados con Cristo, y fueron también resucitados con él, porque creyeron en el poder de Dios, que lo resucitó. Ustedes, en otro tiempo, estaban muertos espiritualmente a causa de sus pecados y por no haberse despojado de su naturaleza pecadora; pero ahora Dios les ha dado vida juntamente con Cristo, en quien nos ha perdonado todos los pecados. Dios anuló el documento de deuda que había contra nosotros y que nos obligaba; lo eliminó clavándolo en la cruz. Dios despojó de su poder a los seres espirituales que tienen potencia y autoridad, y por medio de Cristo los humilló públicamente llevándolos como prisioneros en su desfile victorioso. Por tanto, que nadie los critique a ustedes por lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas o sábados. Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la verdadera realidad es Cristo. Colosenses 2:1-17

La salvación es dada por gracia, no hay que hacer nada para obtener, solo creer en Cristo y su obra en la cruz a favor de la persona, eso enseña el evangelio de Jesucristo. Pero, con tristeza hay que reconocer que hay falsos maestros dentro de las congregaciones, que dan falsas enseñanzas a los creyentes en Cristo. Quizás sea por ignorancia o desconocimiento de la palabra de Dios, o porque quieren manipular a las personas, predican o enseñan un evangelio diferente, donde el creyente tiene que hacer algo para lograr su salvación. Por eso insisto tanto en que cada persona lea la biblia, memorice lo que lee y medite en lo que lee, eso es lo que impide que sea engañada, porque el Espíritu de Verdad, saca a luz las mentiras religiosas y el creyente es protegido del engaño.

El crecimiento espiritual del cristiano, no está en lo que hace, sino en lo que cree de la palabra escrita de Dios. Cuanto más cree esa palabra, ajusta su vida a la verdad bíblica y su fe va creciendo, su vida va santificándose, y tiene la plena convicción de su salvación por gracia, y como consecuencia sirve por gratitud al Dios que lo salvó, guiado por el Espíritu Santo. Recuerden siempre esto, en Cristo estamos completos, eso significa que no nos falta nada, para vivir una vida victoriosa en medio de situaciones conflictivas.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

sábado, 20 de julio de 2024

El ejemplo de Abraham para nosotros los que creemos a Dios.

Pero entonces, ¿qué diremos que ganó Abraham, nuestro antepasado? En realidad, si Abraham hubiera sido reconocido como justo a causa de sus propios hechos, tendría razón para gloriarse, aunque no delante de Dios. Pues la Escritura dice: Abraham creyó a Dios, y por eso Dios le tuvo esto en cuenta y lo reconoció como justo. Ahora bien, si alguno trabaja, el pago no se le da como un regalo sino como algo merecido. En cambio, si alguno cree en Dios, que hace justo al pecador, Dios le tiene en cuenta su fe para reconocerlo como justo, aunque no haya hecho nada que merezca su favor. David mismo habló de la dicha de aquel a quien Dios reconoce como justo sin tomarle en cuenta sus hechos. Dijo David: ¡Dichosos aquellos a quienes Dios perdona sus maldades y pasa por alto sus pecados! ¡Dichoso el hombre a quien el Señor no toma en cuenta su pecado! ¿Será que esta dicha corresponde solamente a los que están circuncidados, o corresponderá también a los que no lo están? Hemos dicho que Dios tuvo en cuenta la fe de Abraham para reconocerlo como justo. Pero ¿cuándo se la tuvo en cuenta? ¿Después de que Abraham fue circuncidado, o antes? No después, sino antes. Y después Abraham fue circuncidado, como señal o sello de que Dios ya lo había reconocido como justo por causa de su fe. De este modo, Abraham ha venido a ser también el padre de todos los que tienen fe, aunque no hayan sido circuncidados; y así Dios los reconoce igualmente a ellos como justos. Y Abraham es también el padre de quienes, además de estar circuncidados, siguen el ejemplo de aquella fe que nuestro antepasado ya tenía cuando aún no estaba circuncidado. Romanos 4:1-12

¡Inmensa Sabiduría de Dios! para hacer justo al pecador. ¡Dios hace posible lo que para nosotros es imposible! Como pecadores, hay una sola cosa que podemos hacer ante los ofrecimientos de Dios para hacernos acreedor de los mismos. Es creer a Dios, no solo creer en Dios, sino que debemos creer a Dios.

Abraham es un ejemplo de cómo se debe creer, precisamente porque venía de un trasfondo politeísta, creyendo en miles de dioses, pero ninguno de ellos le hizo una promesa como la que Dios el creador del cielo y de la tierra le hizo. Cuando Abraham escucha que Dios le habla, se da cuenta que es el único Dios vivo y que se interesa por él. Deja de lado a todos los otros dioses y decide creerle a Dios el Padre celestial, dejándonos ejemplo para que sigamos sus pasos. Por creer a Dios, por medio de la fe, recibe tremendas promesas que cambiarían el curso de su vida, y su descendencia para siempre, alcanzándonos a nosotros hoy, los que creemos en Cristo.

Por eso la importancia de leer y meditar las Sagradas Escrituras, dejando  que el Espíritu nos de entendimiento, iluminando las Escrituras para nuestro provecho espiritual. Certificando que la salvación de la persona, sin excepción, es por gracia y no por obras. Nadie puede gloriarse de haber hecho algo para merecer la salvación, porque por gracia somos salvos, no por obras, para que nadie se gloríe, declaran las Escrituras. Esto hace que nadie quede afuera de la propuesta de Dios para la salvación, teniendo en cuenta que ¡solo hay que creer!

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

domingo, 14 de julio de 2024

Comenzando la semana.

Es bueno saber y creer esto que Jesús dijo.

Si Dios hace tan hermosas a las flores, que viven tan poco tiempo, ¿acaso no hará más por ustedes? ¡Veo que todavía no han aprendido a confiar en Dios! Ya no se preocupen por lo que van a comer, o lo que van a beber, o por la ropa que se van a poner. Sólo los que no conocen a Dios se preocupan por eso. Ustedes tienen como padre a Dios que está en el cielo, y él sabe lo que ustedes necesitan. Lo más importante es que reconozcan a Dios como único rey, y que obedezcan lo que él les pide. Dios les dará a su tiempo todo lo que necesiten. Así que no se preocupen por lo que pasará mañana. Ya tendrán tiempo para eso. Recuerden que ya tenemos bastante con los problemas de cada día. Mateo 6

Este es un buen momento para acercarse a Dios por medio de Cristo, y comenzar a confiar en este Dios bueno, misericordioso y compasivo, si es que todavía no lo hizo. Sin duda que Dios tiene piedad de cada uno de los que se acercan a él, porque ninguno que pone su confianza en Dios, es avergonzado. Dios siempre cumple sus promesas.

Pero ¡ojo! A prestar atención, porque Dios cumple con lo que él ha prometido y está escrito en la biblia, no con lo que dicen que ha prometido y que no figura en ningún lado. Porque muchas veces la religión y los religiosos hacen creer a las personas en promesas que ellos hacen en nombre de Dios, pero que Dios nunca ha prometido. Por eso, la importancia de leer y meditar las Sagradas Escrituras, para tener plena confianza en Dios, y no ser engañados por hombres sin escrúpulos y sus falsas promesas de prosperidad, manipulando la vida de las personas necesitadas espiritualmente, en beneficio propio.

Hay que saber también que lo más importante para el ser humano, tiene que ver con la parte espiritual, cuando su espíritu está satisfecho en Dios, también su cuerpo y alma encuentran esa satisfacción en lo que tienen, sin desesperarse por lo que no tienen y eso produce paz. El espíritu se satisface con el Pan de vida, el Agua espiritual, la comunión con su Creador y la buena relación con sus semejantes.

Dice el salmista; Los leoncillos se debilitan y tienen hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta. Salmo 34:10

El Único digno de confianza es el Dios creador del cielo y de la tierra, hacedor nuestro, quien se encarga de suplir todo lo que la persona necesita. No lo que quiere, sino lo que necesita para su diario vivir. Usted ¿Ya descubrió lo bueno que es Dios para con las personas que le buscan?

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

viernes, 12 de julio de 2024

¡Una pregunta muy importante!

Señores, ¿qué debo hacer para salvarme?

Ellos contestaron: Cree en el Señor Jesús, y obtendrás la salvación tú y tu familia. Hechos 16:31

Toda persona en algún momento de su vida pasa por algún problema o dificultad, y tiene la necesidad de que alguien lo salve o lo saque de esa situación por la cual está atravesando.

Pasa en todos los niveles de la sociedad, y en todas las naciones, siempre hay personas que se meten en algún problema difícil de salir con sus propias fuerzas. Quizás le haya pasado a usted, sin darse cuenta llegó un problema a su vida que parecía sin solución, nos pasa a todos es en el ámbito físico, material o espiritual.

Las Sagradas Escrituras nos dice; Todos hemos pecado, y por eso estamos lejos de Dios. Romanos 3:23. Esto sí que es un verdadero problema para el ser humano, en el ámbito espiritual, y ninguna religión o persona puede solucionar, porque tiene que ver con el reino de Dios. Cristo Jesús, el Dios hecho Hombre, es el único mediador que toda persona necesita para solucionar el problema de acercamiento a Dios. Porque no hay más que un Dios, y un solo hombre que sea el mediador entre Dios y los hombres: Cristo Jesús. Porque él se entregó a la muerte como rescate por la salvación de todos. 1 Timoteo 2:3

¿Qué debo hacer para ser salvo? Fue la pregunta del carcelero que custodiaba a Pablo el apóstol. Y esa sigue siendo la pregunta que toda persona se hace en momentos de mucha angustia, tristeza y soledad. La respuesta sigue siendo la misma que el apóstol le dijo al carcelero. ¡Cree en el Señor Jesucristo! Algo tan sencillo pero a la vez tan difícil. Porque toda persona cree que tiene que hacer un sacrificio para obtener la salvación. Pero Cristo ya pagó el precio por medio de su sacrificio en la cruz. Ahora todo lo que hay que hacer es creer y aceptar, no hace falta otra cosa para ser salvo. Eso sí, una vez obtenida la salvación por medio de la fe, hay que tener una vida de santidad y obediencia a Dios y a su palabra.

Usted, no importa si tiene alguna religión. ¿Ya creyó en Cristo? ¿Lo aceptó como su salvador personal? ¿Está seguro de su salvación? Dios quiera que haya tomado la hermosa decisión de rendir su vida al Señor Jesucristo. Porque en ningún otro hay salvación, solo en el Nombre de Jesús, y es ¡totalmente gratis!

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

miércoles, 10 de julio de 2024

Para estos momentos de dificultad

Dios dice.

Todos los que tengan sed, vengan a beber agua; los que no tengan dinero, vengan, consigan alimento gratis y coman; consigan vino y leche sin pagar nada.
¿Por qué dar dinero a cambio de lo que no es pan?
¿Por qué dar su salario por algo que no deja satisfecho?
Óiganme bien y comerán buenos alimentos, comerán cosas deliciosas.
Vengan a mí y pongan atención, escúchenme y vivirán. Isaías 55:1

Dios en su gran amor y misericordia, continuamente nos hace saber, que cada día nos espera en su Trono de Gracia y misericordia. Con el propósito de darnos las bendiciones que tiene para nosotros este día.

Pero está en mí, está en usted el acercarse a ese lugar para recibir lo que está disponible desde antes que el mundo fuese, y lo maravilloso es que no se debe pagar nada, solamente creer que Cristo ya pagó por mí y por usted.

Seguramente, si nos invitaran de un supermercado, que nos acercáramos  diariamente a la sucursal más cercana, que allí tienen disponible los alimentos necesarios para nosotros en forma gratuita. No dudaríamos  un segundo en presentarnos todos los días a retirar los mismos. ¡Tonto sería que no lo hagamos!

Eso es justamente lo que Dios hace con el ser humano, pone a nuestra disposición todo lo necesario para nuestro diario vivir no solo en lo espiritual, sino también en lo físico, afectivo y emocional, y todo de manera gratuita para la persona, porque Cristo ya pagó por nosotros. Jesús dijo; Busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. ¿Qué cosas?, las necesarias para su diario vivir.

Pero está en usted creerle o no, ya que Él nos hizo libres para tomar decisiones, no se mete compulsivamente en nuestras vidas ni nos obliga a nada, solo nos invita y espera.

Que el Espíritu de Dios les de sabiduría y determinación para aceptar lo que Dios le ofrece en Cristo y su obra redentora, acercándose en oración cada día ante el trono de la gracia de Dios, sin tener que salir de su casa.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

domingo, 7 de julio de 2024

Reflexión de la semana.

La libertad del ser humano es consecuencia de tener una buena dependencia.

Jesús dijo; Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió. Juan 6:38

La biblia dice; porque ustedes, hermanos, a libertad fueron llamados; solamente que no usen la libertad como ocasión para la carne, sino sírvanse por amor unos a otros. Porque toda la ley en esta sola palabra se cumple: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Gálatas 5:13-14

Muchas veces se confunde libertad con independencia, y no siempre es así. Hay personas que son independiente, pero no son libres, porque hay situaciones que tienen que atravesar donde se necesita cierta dependencia. Por ejemplo; una persona que no depende de nadie, ni se somete a nadie, en un determinado momento de imposibilidad física, económica, emocional o espiritual, requiere ayuda, y para eso tiene que someterse a alguien para recibir esa ayuda. Sin embargo, una persona con una buena dependencia es libre, porque sabe que ante una situación complicada, puede acudir a esa persona o autoridad en la cual confía, en busca de ayuda sabiendo que recibirá contención.

La vida en Cristo no es diferente, la persona que encuentra la libertad en Cristo y sus enseñanzas, es una persona que comienza a depender enteramente de la guia del Espíritu Santo en su diario andar. Eso la lleva a ser cada día más libre, puede tomar decisiones sabias, rechazar lo que no le conviene en su vida, puede decir no, a cualquier conducta inmoral o pecaminosa. Sin embargo, cada persona que no quiere aceptar el Señorío de Cristo en su vida, que no deja que la palabra de Dios alumbre su caminar, es alguien que termina siendo esclavo de sus propios deseos carnales, es depresiva, es agresiva, es cautiva de sus temores y miedos, no tiene fuerza para rechazar las cosas que le hacen daño, sin darse cuenta comienza a transitar el camino hacia su propia destrucción.

Por eso, no es libre la persona que no depende de nadie, sino que es libre, quien tiene una buena dependencia. Para ser libre la persona necesita de alguien seguro y confiable, tener un patrón de moralidad, de conducta, de pensamiento, de comportamiento, el cual irá mostrando continuamente el límite entre el bien y el mal, lo que conviene y lo que no conviene, entre lo sano y lo nocivo, para que cada persona decida que hacer o rechazar libremente con responsabilidad, lo que le hace bien.

Por último, Jesús dijo; Si ustedes permanecen en mi palabra, serán verdaderamente mis discípulos; y conocerán la verdad, y la verdad les hará libres. Juan 8:31, esto sí que es verdadera libertad para disfrutar de la vida.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.  

sábado, 6 de julio de 2024

Lo bueno de vivir como Dios quiere, es que tiene su recompensa.

Señor, ¿quién puede residir en tu santuario?, ¿quién puede habitar en tu santo monte? Sólo el que vive sin tacha y practica la justicia; el que dice la verdad de todo corazón; el que no habla mal de nadie; el que no hace daño a su amigo ni ofende a su vecino; el que mira con desprecio a quien desprecio merece, pero honra a quien honra al Señor; el que cumple sus promesas aunque le vaya mal; el que presta su dinero sin exigir intereses; el que no acepta soborno en contra del inocente. El que así vive, jamás caerá. Salmos 15

La vida siempre nos presenta dos alternativas, vivir de acuerdo a los principios y valores cristianos, o simplemente vivir a nuestra manera, sin tener en cuenta esos principios y valores. Claro está que eso tiene sus consecuencias, vivir sin valores produce una vida vacía sin sentido, pero viviendo de acuerdo a lo que Dios quiere, nos asegura una vida plena acá y una eternidad con Él.

Como seres libres, cada uno escoge como quiere vivir. También es verdad, que muchas veces se piensa que viviendo de cualquier manera, todo va a salir bien, y no es así. Ahora bien, lo que se debe saber es, que no es el gobierno, no son las instituciones, no son los políticos, no es la religión quien debe decir cómo se debe vivir. El que pone las pautas de vida, es quien nos da la vida, Dios por medio de su palabra escrita, es quien nos enseña a vivir para que todo nos vaya bien. Es por eso que Jesús dijo; Yo he venido para que tengan vida, y vida en abundancia. Esa es la verdadera vida, la que viene de Dios por medio de Cristo, sin Cristo es una mera existencia con un final incierto y tenebroso. La biblia dice; Este testimonio es que Dios nos ha dado vida eterna, y que esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo de Dios, tiene también esta vida; pero el que no tiene al Hijo de Dios, no la tiene. 1 Juan 5:12

Pero recuerde, tener al Hijo de Dios, significa haberlo recibido como el Salvador en nuestra vida por medio de su Espíritu Santo. No es tener una imagen de Cristo en una medalla, o en una estampa, o en una cruz, o en una imagen de talla, es tener al Cristo vivo en el corazón, con el cual se tiene comunión en todo momento.

Por último, también hay que saber y recordar que, la salvación es por gracia, nada necesitamos pagar, está todo saldado para con Dios. Jesús dijo; Consumado es. Pero para tener recompensa en los cielos, es necesaria la obediencia a los mandamientos de Cristo, debemos hacer las cosas establecidas por Cristo, para ser recompensado por Dios. 

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

miércoles, 3 de julio de 2024

Para pensar ¿Dónde está puesta mi confianza?

Así dice el Señor: ¡Maldito el hombre que confía en el hombre! ¡Maldito el que se apoya en su propia fuerza y aparta su corazón del Señor! Será como una zarza en el desierto: no se dará cuenta cuando llegue el bien. Morará en la sequedad del desierto, en tierras de sal, donde nadie habita. Jeremías 17:5-6

El ser humano siempre tiene necesidad de confiar en alguien o en algo, cualquiera sea las circunstancia por la que esté atravesando, por eso es que crece tanto la idolatría en el mundo. La persona siempre tendrá dos opciones a saber, una es confiar en su propia sabiduría, fuerza,  capacidad, reliquias, talismanes, amuletos o contactos importantes para resolver los problemas, que a diario tiene que tratar como ser, en la familia, el trabajo, los estudios, las amistades y relaciones en general. Son situaciones desgastantes, porque muchas veces no se termina de salir de una y ya aparece otras que requieren atención.

Eso lleva a la persona a estar enfocada en todo tiempo y lugar en esos problemas, los cuales no le permiten disfrutar de los buenos momentos con la familia, amigos o compañeros. Quizás usted se pregunte, ¿Por qué sucede esto si pongo lo mejor de mí? Muy sencillo, porque al no tener en cuenta a Dios está diciendo que no lo necesita, y se pone bajo maldición por confiar en sí mismo, en cosas o en otra persona.

La otra opción es confiar en Dios, es la persona que actúa en forma diferente ante las diversas circunstancias que le toca vivir.

La biblia dice de esa persona, Bendito el hombre que confía en el Señor, y pone su confianza en él. Será como un árbol plantado junto al agua, que extiende sus raíces hacia la corriente; no teme que llegue el calor, y sus hojas están siempre verdes. En época de sequía no se angustia, y nunca deja de dar fruto. Jeremías 17:7-8

Esta persona es diferente en su actitud con respecto a los problemas que surgen en su diario andar. Ella tiene en quien confiar sabiendo que nunca estará sola, sino que Dios en su amor, misericordia y compasión le da sabiduría de lo alto para resolver esos problemas que aparecen, ya sea en el hogar, el trabajo, sus estudios, con sus amigos o compañeros. Siempre estará en paz, disfruta la vida en familia o con amigos, porque no depende de su propia fuerza, capacidad, sabiduría o inteligencia ante situaciones conflictivas, sino que confía y espera de Dios su ayuda. Así puede disfrutar de una vida plena, sin amarguras, sin resentimientos, sin odios ni rencores, aunque no excepta de problemas y dificultades, pero con la tranquilidad de saber que Dios está en el control. 

Este pasaje bíblico muestra dos actitudes del ser humano, ante las dificultades de la vida, donde está puesta la confianza, como así también el resultado de esa confianza.

La persona que confía en sí mismo, en cosas o en otra persona, se compara con una zarza estéril y espinosa. Es una vida sin sentido, vacía, sin esperanza que no tiene nada en sí que atraiga a otros hacia ella, por lo tanto vive preocupada, con problemas y en soledad aun en medio de multitudes.

Sin embargo, la persona cuya confianza está en Dios, se compara a un árbol junto a corrientes de agua con verdes hojas, con frescura a su alrededor para contener al cansado, con frutas que alimenta al hambriento, a su alrededor crece la vida, nunca está solo porque personas necesitadas se acercan para recibir contención y está feliz de poder hacerlo. Trasmite paz, amor, felicidad, deseos de vivir y disfrutar de todo lo bello que la vida ofrece, es una persona segura no en sí misma, sino en Dios que la sostiene.

Esto amerita una pregunta, ¿Eres un árbol o eres una zarza? Usted decide que quiere ser y donde depositar su confianza para estar tranquilo, sirviendo a otros y en paz.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

lunes, 1 de julio de 2024

Reflexionando al comenzar un nuevo mes.

El mensaje de Cristo para la iglesia actual.

Escribe al ángel de la iglesia en Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y ninguno cierra, y cierra y ninguno abre: Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre. He aquí, yo entrego de la sinagoga de Satanás a los que se dicen ser judíos y no lo son, sino que mienten; he aquí, yo haré que vengan y se postren a tus pies, y reconozcan que yo te he amado. Por cuanto has guardado la palabra de mi paciencia, yo también te guardaré de la hora de la prueba que ha de venir sobre el mundo entero, para probar a los que moran sobre la tierra. He aquí, yo vengo pronto; retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona. Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Apocalipsis 3:7-13

Sin duda que estamos llegando al final de la era de la salvación por gracia, la iglesia de Cristo pronto será sacada de este mundo, para encontrase con el Señor en el aire junto a millones de personas que van a resucitar, por haber muerto en Cristo. Pero no es el fin de la humanidad, Cristo saca a su iglesia del escenario terrenal, para que Dios desate su ira y juzgue a los moradores de la tierra, a través de la gran tribulación.

Sabemos por la palabra de Dios, que en los últimos tiempos la iglesia se va a ir enfriando y poco a poco va entrando en la apostasía. Jesús lo dijo; Tengan cuidado de que nadie los engañe. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: Yo soy el Mesías, y engañarán a mucha gente. Ustedes tendrán noticias de que hay guerras aquí y allá; pero no se asusten, pues así tiene que ocurrir; sin embargo, aún no será el fin. Porque una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro; y habrá hambres y terremotos en muchos lugares. Pero todo eso apenas será el comienzo de los dolores.  Mateo 24: 4

Todo esto está ocurriendo delante de nuestros ojos, pero si no se presta atención a lo que dice la palabra escrita de Dios, no lo van a entender. Por todo esto es que Cristo hace esta advertencia a la iglesia, por medio de los mensajes enviados a las siete iglesias del Asia menor, en el apocalipsis. Estas siete iglesias del Asia, representan a la iglesia de Cristo actual y su comportamiento ante Dios. Cristo tiene palabras de aliento para cada una de ellas, pero también de reproche por haber dejado de lado algunas enseñanzas recibidas de Él.

Pero como en todo tiempo ha ocurrido, hay un Remanente Fiel, representada por la iglesia de Filadelfia, iglesia a la cual no le hace ningún reproche, solo le alienta a continuar firme en la fe, comprometiéndose a protegerla en la hora de la prueba, que vendrá sobre el mundo entero. Ese remanente fiel, está diseminado por el mundo entero, porque muchas veces no tienen espacio en las congregaciones o denominaciones, por no aceptar las falsas enseñanzas que se están dando, lejos de los lugares de reuniones, pero cerca del corazón de Dios.

Por eso es importante prestar atención a esta palabra escrita; También me dijo: No guardes en secreto el mensaje profético que está escrito en este libro, porque ya se acerca el tiempo de su cumplimiento. Deja que el malo siga en su maldad, y que el impuro siga en su impureza; pero que el bueno siga haciendo el bien, y que el santo siga santificándose. Sí, vengo pronto, y traigo el premio que voy a dar a cada uno conforme a lo que haya hecho. Yo soy el alfa y la omega, el primero y el último, el principio y el fin. Dichosos los que lavan sus ropas para tener derecho al árbol de la vida y poder entrar por las puertas de la ciudad. Apocalipsis 22:10

Por eso amados hermanos en Cristo, no descuidemos nuestra profesión, sigamos con firmeza con los ojos puestos en Jesús, el autor y consumador de la fe, esperando la gloriosa venida de nuestro Señor y salvador Jesucristo.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.