domingo, 14 de enero de 2024

Requisitos bíblicos para los que deseen liderar una congregación cristiana.

Esto es muy cierto. Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira.

Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar; no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero. Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna; porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo.

Asimismo, los diáconos deben ser hombres respetables, que nunca falten a su palabra ni sean dados a emborracharse ni a desear ganancias mal habidas. Deben apegarse a la verdad revelada en la cual creemos, y vivir con conciencia limpia. Primero deben pasar un período de prueba, y después, si no hay nada en contra de ellos, podrán servir como diáconos. Igualmente, las mujeres deben ser respetables, no chismosas, serias y fieles en todo. Un diácono debe ser esposo de una sola mujer, y saber gobernar bien a sus hijos y su propia casa. Porque los diáconos que realizan bien su trabajo, se hacen dignos de un lugar de honor, y podrán gozar de gran tranquilidad gracias a su fe en Cristo Jesús.

Espero ir pronto a verte; pero te escribo esto para que, si me retraso, sepas cómo debe portarse uno en la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad. No hay duda de que la verdad revelada de nuestra fe es algo muy grande: Cristo se manifestó en su condición de hombre, triunfó en su condición de espíritu y fue visto por los ángeles. Fue anunciado a las naciones, creído en el mundo y recibido en la gloria. 1 Timoteo 3

Es muy interesante esto que ha escrito el apóstol Pablo, con respecto de los requisitos bíblicos para liderar un grupo de personas o una congregación. Si tan solo se consultara a las Sagradas Escrituras, se observara, y se obedeciera lo que en ella está escrito, no habría recién convertidos liderando en la iglesia, ni tanta incertidumbre de quienes deben estar al frente de una congregación. El llamado del Señor siempre ha sido a personas consagradas, nacidas de nuevo, que aman a las personas y no las cosas que las personas puedan hacer o dar, es por amor a las personas y no por interés económico.

Observando las Escrituras, vemos que estos requisitos tienen que ver con, la responsabilidad, la moralidad, la conducta, el comportamiento, el saber gobernar su propia familia, apto para enseñar y dispuesto siempre para ayudar al que lo necesite, recordando lo que Jesús nos dijo, yo he venido para servir y no para ser servido, algo que no siempre se tiene en cuenta. Recordemos que el servir al Dios vivo y verdadero, no es un voluntariado, es por obediencia al llamado que Dios nos hace, pero no de cualquier forma, sino de acuerdo a las condiciones establecidas por Él. El servir al Dios vivo siempre tiene como requisito el SER y no tanto el HACER, la comunión íntima que tengamos con Él es más importante que lo que hagamos para Él.

Esto dijo Jesús, No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros? Entonces les diré claramente: Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad! Mateo 7:21. Es muy loable servir a Dios, pero hay que hacerlo como Él quiere y no como a nosotros nos parece.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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