lunes, 8 de enero de 2024

Consejo del apóstol Pablo a su discípulo Timoteo de cómo cuidar la iglesia de Cristo.

Pablo, apóstol de Jesucristo por mandato de Dios nuestro Salvador, y del Señor Jesucristo nuestra esperanza, a Timoteo, verdadero hijo en la fe: Gracia, misericordia y paz, de Dios nuestro Padre y de Cristo Jesús nuestro Señor.

Como te rogué que te quedases en Éfeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora. Pues el propósito de este mandamiento es el amor nacido de corazón limpio, y de buena conciencia, y de fe no fingida, de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman. Pero sabemos que la ley es buena, si uno la usa legítimamente; conociendo esto, que la ley no fue dada para el justo, sino para los transgresores y desobedientes, para los impíos y pecadores, para los irreverentes y profanos, para los parricidas y matricidas, para los homicidas, para los fornicarios, para los sodomitas, para los secuestradores, para los mentirosos y perjuros, y para cuanto se oponga a la sana doctrina, según el glorioso evangelio del Dios bendito, que a mí me ha sido encomendado. Doy gracias al que me fortaleció, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, habiendo yo sido antes blasfemo, perseguidor e injuriador; más fui recibido a misericordia porque lo hice por ignorancia, en incredulidad. Pero la gracia de nuestro Señor fue más abundante con la fe y el amor que es en Cristo Jesús. Palabra fiel y digna de ser recibida por todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores, de los cuales yo soy el primero.

Pero por esto fui recibido a misericordia, para que Jesucristo mostrase en mí el primero toda su clemencia, para ejemplo de los que habrían de creer en él para vida eterna. Por tanto, al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén. Este mandamiento, hijo Timoteo, te encargo, para que conforme a las profecías que se hicieron antes en cuanto a ti, milites por ellas la buena milicia, manteniendo la fe y buena conciencia, desechando la cual naufragaron en cuanto a la fe algunos, de los cuales son Himeneo y Alejandro, a quienes entregué a Satanás para que aprendan a no blasfemar. 1 Timoteo 1

El apóstol Pablo quien fue designado por Dios para enseñar el evangelio a los no Judíos, se preocupa que su discípulo Timoteo continúe con la misma enseñanza, para que no se contamine la sana doctrina, ni tergiversen las enseñanzas dada por el apóstol, quien ha recibido esa enseñanza directamente de nuestro Señor Jesucristo. Hoy no debe ser diferente, toda la enseñanza del evangelio, debe estar respaldada por la biblia, no hay que inventar nada, pues todo está escrito, solo hay que dejarse enseñar por el Espíritu de verdad, quien trae revelación de las Sagradas Escrituras. Por eso es fundamental que todo seguidor de Cristo, conozca la biblia, lea y medite esa palabra, así no será engañado por los falsos maestros que están de moda en este tiempo, enseñando otras cosas. La ignorancia bíblica de algunos cristianos, hace que proliferen las sectas, aumenten los predicadores y falsos maestros, como así también crezca el desánimo y las dudas con respecto al obrar de Dios en las vidas de las personas, porque se acepta todo sin discernir si es de Dios o no.

El apóstol Pablo se pone de ejemplo para mostrar con su vida, el poder transformador del evangelio de Jesucristo, y así debemos hacerlo nosotros también, las personas deben ver el poder del evangelio diariamente en nuestras vidas. Porque si Dios lo hizo conmigo, también puede y quiere hacerlo con todos aquellos que creen en Él.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

 

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