Hermanos, no les escribo mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo que habéis tenido desde el principio; este mandamiento antiguo es la palabra que habéis oído desde el principio. Sin embargo, les escribo un mandamiento nuevo, que es verdadero en él y en ustedes, porque las tinieblas van pasando, y la luz verdadera ya alumbra.
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos. 1 Juan 1:7-11
¡Qué tema este del amor! ¡Cuánta resistencia tiene el amarnos unos a otros! ¡Cuán tergiversado está el significado del mismo! Para poder entender el amor del cual está hablando el apóstol, debemos saber que las personas conocen solamente las dos clases de amor humano, les falta conocer el verdadero amor.
Las personas conocemos el amor Eros, que tiene que ver con lo erótico, y es el que practicamos en el matrimonio. El amor Filos, es el amor fraternal, el que usamos para la familia, con los amigos, con las buenas personas. Estos amores están condicionados y condicionan. Es necesario que cada persona conozca el verdadero amor, el amor Ágape ese amor incondicional, que es un amor espiritual y que proviene de Dios.
Ahora bien, toda persona que ha nacido de nuevo en Cristo, recibe en su corazón el amor de Dios, Ágape, y es con ese amor que se puede dar cumplimiento a este mandamiento. Esto es lo que la biblia dice; el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado. Romanos 5:5. Y también, El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor. 1 Juan 4:8
Por lo tanto toda persona nacida de nuevo, hija de Dios, está en condiciones de amar a Dios y amar al prójimo como a sí mismo, con el amor Ágape, el amor que viene de Dios. Esas personas están capacitadas espiritualmente por Dios con el amor incondicional para, perdonar al ofensor, amar al enemigo, orar por los que les ultrajan y los persiguen, viviendo lo que el Señor Jesús nos enseñó en Mateo 5:38. Sabiendo esto, que el Señor nunca nos va a pedir algo que esté fuera de nuestro alcance.
Solamente los que hemos nacido de nuevo en Cristo Jesús, tenemos en nuestros corazones el amor Ágape, y con ese amor podemos vivir esta hermosa experiencia de amarnos unos a otros como el Señor nos manda.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario