Por lo tanto, despójense de toda clase de maldad, todo engaño, hipocresía y envidia, y toda clase de chismes. Como niños recién nacidos, busquen con ansia la leche espiritual pura, para que por medio de ella crezcan y tengan salvación, ya que han gustado la bondad del Señor.
Acérquense, pues, al Señor, la piedra viva que los hombres desecharon, pero que para Dios es una piedra escogida y de mucho valor. De esta manera, Dios hará de ustedes, como de piedras vivas, un templo espiritual, un sacerdocio santo, que por medio de Jesucristo ofrezca sacrificios espirituales, agradables a Dios. 1 Pedro 2:1-5
Jesús dijo que el mundo entero yace bajo el poder del maligno, y las personas sin Cristo, son influenciadas por ese poder sin darse cuenta, y son propensas a cometer maldad en sus distintas formas. Solamente el poder de Dios puede librar a cada persona de esa influencia, siempre y cuando permita que Cristo sea el Señor y Salvador de su vida.
Toda persona que ha nacido de nuevo pertenece a Cristo, está en condiciones de practicar este estilo de vida, como así también de despojarse de toda clase de maldad, y de la hipocresía que impera en la sociedad actual que no conduce a nada bueno.
Todo esto pueden hacer las personas, pero no en sus fuerzas, sino aferrándose al Señor Jesucristo. Su preciosa enseñanza de vida por medio de su Espíritu Santo, nos brinda a través de su palabra todos los anticuerpos contra el mal y el maligno. Pero esa palabra escrita, hay que desearla y buscarla con ansias de beber esa leche espiritual, con el propósito de crecer en una vida con propósito.
Para un mejor aprovechamiento de esa palabra viva, hay que meditar en ella como dice el salmista, de día y de noche, masticarla constantemente para incorporar toda su enseñanza.
Esto es importante y necesario, tener presente como práctica en la vida cotidiana, para tener una vida victoriosa, y no ser parte de una sociedad que se va deteriorando día a día.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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