Cuídense de esos mentirosos que pretenden hablar de parte de Dios. Vienen a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos feroces. Ustedes los pueden reconocer por sus acciones, pues no se cosechan uvas de los espinos ni higos de los cardos.
Mateo 7:15-16
Últimamente están apareciendo en las congregaciones personas que dicen hablar de parte de Dios, pero sus palabras y enseñanzas distan mucho de lo que dicen o enseñan las Sagradas Escrituras, eso trae mucha confusión entre los creyentes y las personas que quieren conocer a Dios. Las predicaciones y enseñanzas de estas personas más que nada anuncian condenación, cuando toda la enseñanza del evangelio en las Escrituras, es sobre el amor y la misericordia de Dios para dar salvación por gracia a las personas, por medio de la obra de Cristo en la cruz.
Por eso es necesario leer y meditar las Sagradas Escrituras, dejando que sea el Espíritu Santo quien les guie y enseñe la verdad, para no ser engañadas desde los púlpitos por estas personas que sin ningún temor de Dios, enseñan mandamientos de hombres, como si fueran de Dios. Hay que estar muy atentos y observar la conducta y el comportamiento de estos supuestos ungidos, porque como dijo Jesús; enseñan pero no viven lo que enseñan.
El apóstol Pablo también escribió diciendo; Por esto quiero decirles hoy que no me siento culpable respecto de ninguno, porque les he anunciado todo el plan de Dios, sin ocultarles nada. Por lo tanto, estén atentos y cuiden de toda la congregación, en la cual el Espíritu Santo los ha puesto como pastores para que cuiden de la iglesia de Dios, que él compró con su propia sangre. Sé que cuando yo me vaya vendrán otros que, como lobos feroces, querrán acabar con la iglesia. Aun entre ustedes mismos se levantarán algunos que enseñarán mentiras para que los creyentes los sigan. Hechos 20:26-30
Con tristeza hay que reconocer que existen personas en las congregaciones que quieren tener el primer lugar en todo y tratan de poner mal a los demás, con tal de continuar manteniendo su lugar de privilegio, y esto incluye también a líderes, pastores y encargados de obra.
Ese tipo de persona hace mucho daño a la iglesia de Cristo, porque con su actitud, palabras y comportamiento, dan una mala enseñanza a las personas piadosas que recién están comenzando a conocer el camino del Señor, tergiversando las Escrituras para dar una enseñanza que esclaviza, en lugar de traer libertad espiritual. La vida de esa persona es guiada por sus propios pensamientos y no por el Espíritu de Cristo, es por eso que fundamentan sus predicaciones y enseñanzas en el miedo y el temor, cuando todas las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo se fundamentan en el amor al prójimo, la misericordia y compasión de Dios hacia las personas. Al meter miedo en las personas pueden manipularlas y así tener muchos seguidores. Lamentablemente sus seguidores siguen en la misma condición que ellos y su situación no cambia, continúan perdidos por estar lejos de Dios, aunque se congreguen todos los días y tengan participación en los cultos.
Para evitar caer en esa trampa religiosa, es necesario conocer las Sagradas Escrituras, porque la palabra de Dios no cambia, sigue siendo la misma, aun cuando esos falsos maestros quieran cambiar el mensaje de las buenas noticias. El apóstol Pedro inspirado por el Espíritu Santo, escribió esto a lo cual debemos prestar mucha atención. Esto hace más seguro el mensaje de los profetas, el cual con toda razón toman ustedes en cuenta. Pues ese mensaje es como una lámpara que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca y la estrella de la mañana salga para alumbrarles el corazón. Pero ante todo tengan esto presente: que ninguna profecía de la Escritura es algo que uno pueda interpretar según el propio parecer, porque los profetas nunca hablaron por iniciativa humana; al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, dirigidos por el Espíritu Santo. 2 Pedro 1:19-21
Las falsas doctrinas o enseñanzas son producto de utilizar textos bíblicos, fuera de contexto lo cual es solo un pretexto para hacer decir a las Escrituras, lo que en realidad no dice, y como medio para transmitir el producto de la imaginación humana, sembrando dudas sobre la salvación por gracia de las personas. La biblia es el único libro cuyo autor está presente cuando la leemos, y podemos consultar con el autor cuando algo no entendemos. El Espíritu Santo es quien nos enseña correctamente y nos recuerda las palabras de Jesús, llevándonos a la verdad del evangelio.
Siempre hay que recordar que, Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñarme, para redargüirme, para corregirme, para instruirme en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.
2 Timoteo 3:16-17
Si tenemos en cuenta toda esta advertencia bíblica, sin duda que no seríamos confundidos ni engañados.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario