domingo, 2 de octubre de 2022

Solo Cristo salva, no la religión.

Los que quieren que Dios los acepte por obedecer la ley, rechazan el amor de Dios y dejan de estar unidos a Cristo.

En cambio, a nosotros, el Espíritu nos da la seguridad de que Dios nos acepta porque confiamos en Cristo. Gálatas 5:4-5

El ser humano se caracteriza por ser muy religioso, se inclina y rinde pleitesía a cualquier objeto que le atribuye poder sobrenatural y fielmente se aferra a su tradición religiosa, creyendo en imágenes, talismanes y amuletos de la suerte, es supersticioso y acepta toda clase de ayuda religiosa no importa de donde venga.

Con eso piensan que están agradando al Dios de los cielos, y que por lo tanto no es necesario conocer a Dios, ni conocer su palabra, menos aún obedecer lo que Dios manda. Sin embargo con todo eso no se sienten seguros ni confiados de que Dios escuche sus plegarias, y por consiguiente tampoco creen que Dios les ama y quiere que se acerquen a él, porque toda esa religiosidad es esfuerzo humano que no sirve, porque Dios ya estableció la única forma de acercarse a él para ser aceptado como hijo.

Sin embargo la biblia dice; Jesús vino a su propio mundo, pero los suyos no lo recibieron. Pero a quienes lo recibieron y creyeron en él, les concedió el privilegio de llegar a ser hijos de Dios. Y son hijos de Dios, no por la naturaleza ni los deseos humanos, sino porque Dios los ha engendrado. Juan 1:11-13. Esto llena de gozo y felicidad, tener la seguridad y la garantía de ser aceptado por Dios el Padre celestial como hijo, la seguridad porque ha creído y recibido a Jesús, y el Espíritu Santo garantiza esa realidad dando testimonio. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, son hijos de Dios.  Pues ustedes no han recibido un espíritu de esclavitud que los lleve otra vez a tener miedo, sino el Espíritu que los hace hijos de Dios. Por este Espíritu nos dirigimos a Dios, diciendo: ¡Abbá! ¡Padre!  Y este mismo Espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que ya somos hijos de Dios.  Y puesto que somos sus hijos, también tendremos parte en la herencia que Dios nos ha prometido, la cual compartiremos con Cristo, puesto que sufrimos con él para estar también con él en su gloria.

Romanos 8:14 y ss.

¡Maravillosa palabra! Liberadora de todo miedo e incertidumbre con respecto a una vida de relación y comunión con Dios, por medio de Cristo y no de una religión.

Quiera el Señor dar entendimiento y sabiduría sobre esta palabra, para que usted tenga esa seguridad, que no está rechazando el amor de Dios por causa de tradiciones familiares, sino que acepta plenamente a Cristo y su palabra en su vida y diario andar.

Los abraza en Cristo. P. Sosa. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario