miércoles, 13 de abril de 2022

Semana Santa,

 

¿Qué significado tiene?

 Como he mencionado en el artículo anterior, la humanidad está separada de Dios por causa del pecado, que hace separación entre Dios y el ser humano. Además el pecado, nos constituye como enemigos de Dios, nos aleja y nos enfrenta con nuestro hacedor, es por esa causa que la vida del hombre en esta tierra está llena de conflictos, sufrimientos y enfermedades que amargan y destruyen la existencia humana.

Pero Dios nos ama de tal manera que al ver el penoso peregrinar del hombre por este mundo, recordando su promesa, decidió enviar a su Único Hijo a este mundo, para cargar y castigar en él, el pecado de la humanidad y así librar al hombre de la maldición del pecado.

En la cruz del calvario Dios muestra su amor, al cargar sobre su Unigénito Hijo Jesús nuestras miserias, maldades, sufrimientos  y enfermedades abriendo una puerta de escape de esa situación. Recuerde las palabras de Jesús que dijo; Yo soy la puerta, el que por mi entra será salvo.

Con el nacimiento, vida, muerte, resurrección y ascensión de Jesús, se materializa la  redención del ser humano, de acuerdo al perfecto plan de Dios para la salvación del hombre, en la persona de Jesús el Santo Hijo de Dios, en su condición de ser humano nacido de mujer pero sin pecado. ¡No se necesita nada más! ¡Solo creer en Cristo y creer a Dios!

 Es la manifestación visible e inmutable del Gran Amor de Dios hacia nosotros, sus criaturas.

Cuando nosotros los pecadores no podíamos salvarnos, Cristo murió por nosotros. Murió en el momento elegido por Dios. En realidad, no es fácil que alguien esté dispuesto a dar su vida por otra persona, aunque sea buena y honrada. Tal vez podríamos encontrar a alguien que diera su vida por alguna persona realmente buena. Pero Dios nos demostró su gran amor al enviar a Jesucristo a morir por nosotros, a pesar de que nosotros todavía éramos pecadores. Romanos 5:6

 ¿Qué sucedió allí?

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida. Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar. Génesis 3:14-15

Para entender eso debemos volver al Jardín del Edén, donde Dios puso al hombre con un propósito y le dio mandamientos, especialmente que no comiera del árbol de la ciencia del bien y del mal, porque el día que comiera le dijo Dios; ciertamente morirás, pero lamentablemente el hombre desobedeció, comió del fruto prohibido, murió espiritualmente y entró en el proceso de la muerte física inexorablemente.

Adán fue echado del huerto y así el hombre quedó bajo la maldición del pecado, y al echar Dios al hombre del huerto del Edén y de Su Presencia, la humanidad toda, representada en Adán, estaba siendo echada de la presencia de Dios. Pero Dios se propuso rescatar la humanidad, sacarla de esta triste y penosa condición.

 Es por eso que Dios desde antes de la fundación del mundo ya había hecho provisión para salvarlo. Dios ya había dispuesto el Cordero para el sacrificio que hiciera posible perdonar al hombre su pecado, y traerlo de vuelta a Su Presencia.

El siguiente día vio Juan a Jesús que venía a él, y dijo: He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. S. Juan 1:29

 Y allí en el Calvario sucede el cumplimiento de la promesa que Dios se había propuesto en sí mismo de salvar al hombre. Continuará…

No hay comentarios.:

Publicar un comentario