lunes, 30 de agosto de 2021

 

¡Cuánto amor!

Cuando me hallaste Señor sufriendo en esclavitud,

En las manos despiadadas de un terrible y feroz amo,

Me miraste con amor y decidiste comprarme,

Y aunque el precio era muy alto, ¡Lo pago! Te oí decir,

Porque en la cruz del calvario, tu vida diste por mí,

Allí con sangre pagaste, el precio de redención,

Dándome la libertad, libre de condenación.

 

Me tomaste en tus manos cual laborioso alfarero,

Con paciencia trabajaste para lograr tu propósito,

Sentido diste a mi vida dejándola como nueva,

Quitaste toda impureza y sanaste toda herida,

El odio y la indiferencia fueron quitados de cuajo,

Ese lugar lo llenaste de un amor incomparable,

Mi vacío corazón con tu Espíritu ocupaste.

 

¡Cuánto debo agradecer, por lo que hiciste por mí!  

Ningún otro en este mundo, esto haría a mi favor,

Solo el Dios de los cielos que al ser humano creó,

Nunca se da por vencido, al tener que restaurar,

A la persona que el diablo, quiere destruir y matar,

Lo levanta, lo defiende, de todas fuerzas del mal,

Lo recibe, como hijo y heredero por toda la eternidad.

PS 2021

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