Alabemos al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha hecho nacer de nuevo, y nos ha dado una vida con esperanza. Esto lo ha hecho Dios por su gran amor hacia nosotros y por el poder que mostró cuando resucitó a Jesucristo de entre los muertos y de que nos dará todo lo que nos ha prometido y que tiene guardado en el cielo. Lo que nos ha prometido no puede destruirse ni mancharse, ni marchitarse. Ustedes confían en Dios, y por eso él los protege con su poder, para que puedan ser salvados tal y como está planeado para los últimos tiempos.
Por eso, aun cuando por algún tiempo
tengan que pasar por muchos problemas y dificultades, ¡alégrense! La confianza que ustedes tienen en
Dios es como el oro: así como la calidad del oro se pone a prueba con el fuego,
la confianza que ustedes tienen en Dios se pone a prueba con los problemas. Si
ustedes pasan la prueba, su confianza será más valiosa que el oro, pues el oro
se puede destruir. Así, cuando Jesucristo aparezca, hablará bien de la
confianza que ustedes tienen en Dios, porque una confianza que ha pasado por
tantas pruebas merece ser alabada.
Ustedes, aunque nunca han visto a
Jesucristo, lo aman y creen en él, y tienen una alegría tan grande y hermosa
que no puede describirse con palabras. Ustedes viven alegres porque ya saben que Dios los salvará, y por
eso confían en él. 1 Pedro 1:6-10
¡El Poder de Dios sigue intacto! Que esta misma confianza
pueda acompañar a cada seguidor de Cristo en este tiempo de dificultad e
incertidumbre que atraviesa el mundo entero. Aunque nosotros le fallemos. ¡Dios
permanece Fiel!
Los
abraza en Cristo. P. Sosa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario