¡No se dejen engañar! Bien dice el dicho, que «Las malas amistades echan a perder las buenas costumbres.» Piensen bien lo que hacen, y no sigan desobedeciendo a Dios. Algunos de ustedes deberían sentir vergüenza de no conocerlo. 1 Corintios 15:33
¡Las
amistades! ¡Qué tema este! Las personas con las cuales se relacionan
normalmente, a las cuales llaman “amigos”, no siempre son amigos, en el
verdadero sentido de la palabra. Más bien son contactos ocasionales o amistades
circunstanciales, con los cuales comparten tiempo, y con algunos pasan más
tiempo. Por lo tanto se tiene escaso conocimiento de sus actividades, no se
sabe exactamente a que se dedican o cuál es su vida, y cuando descubren, ya es
tarde porque se han acostumbrado a su compañía y no creen que sea malo su
actitud, conducta o comportamiento.
Ese contacto
fluido con esas personas puede que vayan cambiando la buena enseñanza que usted
tiene, y sin que usted se dé cuenta comienza a afectar su buena costumbre.
Es muy
importante saber que las personas que se acercan a usted buscando su compañía, cualquiera
que sea, no es necesario rechazarla, sino simplemente observarla y así ver qué
tipo de persona es, cuál es su propósito y así saber tratarla sin dejarse
influenciar por ella, más bien que usted pueda ser ejemplo a seguir para ella.
Jesús fue conocido como
amigo de pecadores, sin embargo, él nunca cometió pecado ni se
comportó como ellos, sino que siempre Jesús les mostró una vida diferente, de
santidad, de obediencia y de buenas costumbres. ¡Imitemos la vida de Jesús! Eso
ayuda a mantenerse siempre como un buen ejemplo a seguir.
Los abraza en
Cristo. P. Sosa
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