Acuérdate de tu Creador ahora que
eres joven y que aún no han llegado los tiempos difíciles; ya vendrán años en
que digas: No me trae ningún placer vivirlos. Hazlo ahora, cuando aún no
se apaga la luz del sol, de la luna y de las estrellas, y cuando aún hay nubes
después de la lluvia. Llegará un día en que
tiemblen los guardianes del palacio y se doblen los valientes; quedarán tan
pocas molineras, que dejarán de moler; las que miran por las ventanas,
comenzarán a perder la vista. Cuando llegue ese
día, se cerrarán las puertas que dan a la calle; el ruido del molino se irá
apagando; las aves dejarán oír su canto, pero las canciones dejarán de
oírse; la altura causará miedo, y en el camino
habrá peligros.
El almendro comenzará a florecer, la
langosta resultará una carga y la alcaparra no servirá para nada. Pues el hombre va a su hogar eterno, y en la
calle se escucha ya
a los que lloran su muerte.
Acuérdate de tu Creador ahora que aún
no se ha roto el cordón de plata ni se ha hecho pedazos la olla de oro; ahora
que aún no se ha roto el cántaro a la orilla de la fuente ni se ha hecho
pedazos la polea del pozo. Después de eso el polvo volverá a la tierra,
como antes fue, y el espíritu volverá a Dios, que es quien lo dio. Eclesiastés
12
Lo bueno de esta vida es que en todo
momento podemos contar con la ayuda de Dios si nos acercamos a él. Además en
cualquier etapa de la vida, se puede tomar esa decisión, pero mejor es hacerlo
lo más temprano posible en nuestra vida, así podemos vivir tranquilo y confiado
bajo su amparo.
Los abraza en Cristo. P. Sosa
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