Amados hermanos en Cristo, les hablo como
si ustedes fueran extranjeros y estuvieran de paso por este mundo. No hagan
nada que obedezca a sus malos deseos, pues esos deseos los llevarán a la
perdición.
Pórtense bien cuando estén con gente que no
cree en Dios. Así, aunque ahora esa gente hable mal de ustedes, como si fueran
unos malvados, luego verá el bien que ustedes hacen, y alabará a Dios el día en
que él les pida cuentas a todos.
Para que nadie hable mal de nuestro Señor
Jesucristo, obedezcan a todas las autoridades del gobierno. 1 Pedro
2:11-13
El apóstol Pedro dirige esta enseñanza a personas que
creen en Cristo y su palabra, personas que no solo piensan en vivir bien y
hacer bien las cosas, sino también ser testigo de la obra de Cristo con sus
propias vidas. Eso no quita que otras personas se burlen o hablen mal de ellos,
pero eso no debe preocuparlos, porque el Señor Jesús dijo; Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente
los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una
gran recompensa en el cielo. Recuerden
que Dios lo que pide de sus hijos, es una vida santificada conforme a la
enseñanza de su palabra, esa debe ser la ocupación de cada creyente en Cristo.
Agradar a Dios para que él se agrade de nosotros.
Los abraza en Cristo. P.
Sosa.
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