miércoles, 25 de julio de 2018

Pensemos en el dinero


Es tiempo que pensemos, que tener dinero es bueno y necesario, pues usándolo correctamente se pueden realizar muchas cosas en bien nuestro, de la familia y de la sociedad en la cual vivimos.
El asunto es ¿De qué manera llega a nosotros ese dinero?
Ya que hay varias formas de conseguirlo.
Pero ¿Cuál es la correcta?
Porque últimamente el ser humano está un poco confundido con respecto a esto, ya que ofrecen distintas alternativas para conseguirlo, una es trabajando, otra a través del juego de azar o de las otras que no voy a nombrar, pero que todos conocemos.
También debemos pensar en
¿Cómo lo voy a usar? ¿Cuáles son mis prioridades?
Porque el dinero debe ser nuestro sirviente, no nuestro amo, de lo contrario en lugar de ser nuestra ayuda, pasa a ser nuestro problema.
Es importante y necesario saber cuál es el pensamiento de Dios referente a este tema, ya que la única palabra autorizada es la del que dijo,  mía es la plata, y  mío es el oro ha dicho Jehová de los ejércitos. (Hageo 2:8)
Es tiempo que pensemos, que tener dinero es bueno y necesario,…
Pero, Dios nos advierte por medio de Su Palabra que; raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores. (1 Timoteo 6:10)  
También dice: A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna. (1 Timoteo 6:17-19)
Ahora bien, no mal interpretemos, Dios no está en contra de las riquezas ni de los ricos. Sino más bien lo que nos quiere enseñar, es el buen uso de la riqueza.
Él quiere librarnos del egoísmo natural del ser humano, que normalmente busca acumular más de lo necesario, sin importarle las necesidades del que menos tiene o el indigente.
Pero, recuerde también que las Sagradas Escrituras dice; El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno para que tenga que compartir con el que padece necesidad. (Efesios 4:28)
También debemos tener en cuenta que Dios no avala la vagancia, ni la ociosidad, sino que permanentemente nos insta a trabajar.
En 2 Tesalonicenses 3:10-13 dice; Porque también cuando estábamos con ustedes, les ordenábamos esto: Si alguno no quiere trabajar, que tampoco coma.
Porque oímos que algunos de entre ustedes andan desordenadamente, no trabajando en nada, sino entremetiéndose en lo ajeno. A los tales mandamos y exhortamos por nuestro Señor Jesucristo, que trabajando sosegadamente, coman su propio pan. Y ustedes no se cansen de hacer bien.
Esto no se refiere a las personas, que queriendo trabajar, no consiguen,
Sino que es para aquellos, que no quieren trabajar, que les gusta vivir de “arriba”, porque trabajo siempre hay, lo que suele faltar, es una buena paga en efectivo. Pero es cierto también, que el bien que hacemos a alguien, nunca queda sin su recompensa.
Siempre que necesite trabajar, no pregunte ¿cuánto va a ganar? Sino ¿Cuánto va a aprender? Porque lo que gane, cualquiera sea el monto recibido, se termina. En cambio lo que aprenda, por más pequeño que sea, lo acompañará toda la vida, y le hará ganar lo necesario.
La buena persona debe tener por costumbre, cultivar la cultura del trabajo honesto, el comercio lícito, la profesión sabia y el oficio responsable, con los cuales pueda ganarse el sustento propio y para la familia, como así también ayudar al prójimo.
Asimismo es de sabios e inteligentes animar a los adolescentes y jóvenes, que aunque estén estudiando traten de ocupar el tiempo libre en algo provechoso, tratando de aprender algo más que les permita tener su propio dinero a fin de  costearse sus estudios académicos y colaborar con sus padres en ese sentido.
Por ultimo dice el Salmo 112  Bienaventurado el hombre que teme a Dios, bienes y riquezas hay en su casa, el hombre de bien tiene misericordia y presta, no tendrá temor de malas noticias, su corazón está firme, confiado en Dios. Se  deleita en la Palabra de Dios y todo lo que hace prosperara.
El dinero es necesario pero no debemos dejarnos esclavizar por él. Proverbios 10:22 dice; la bendición de Dios es la que enriquece, y no trae tristeza con ella. 
Bendiciones. Pastor Sosa


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