El ser humano tiene deberes y privilegios
desde el momento mismo que ha sido creado en este mundo. A los deberes les
llamamos responsabilidad y a los privilegios les llamamos derechos. Estos
deberes y privilegios nos fueron otorgados por el Creador del universo con el
propósito de equiparnos para realizar la tarea que nos encargaba como seres
humanos. Entonces dijo: Ahora hagamos al
hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los
animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.
Cuando Dios creó al hombre,
lo creó a su imagen; varón y mujer los creó, y les dio su
bendición: Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las
aves,
y a todos los animales que se arrastran.
y a todos los animales que se arrastran.
Después
les dijo: Miren, a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen
semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento. Pero a los animales salvajes, a los
que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento. Así
fue, y Dios vio que todo lo que había
hecho estaba muy bien. De este modo se completó el sexto día. (Génesis
1:26-31)
Ahora bien es
normal entre las personas reclamar sus derechos. Pero debemos darnos cuenta que
yo, como persona no puedo obligar a mi prójimo a hacer algo que no quiere o no
esta dispuesto a hacerlo. Por ejemplo; no puedo obligarlo a que me respete o a
que haga algo por mí, me respetará si él considera que soy digno de respeto o
me ayudará si quiere y si tiene ganas de hacerlo.
Yo puedo pedirle,
puedo exigirle, puedo suplicarle, pero no puedo obligarle, eso lo debemos
entender pues por causa de que eso no se tiene en cuenta, es que hay problemas
que surgen en los momentos menos esperado
Sin embargo yo
tengo poder y autoridad sobre mi mismo. Es ahí donde debemos poner el énfasis
¿Por qué? Muy sencillo, porque si yo cumplo con mis obligaciones con
responsabilidad, sin dudar puedo asegurar que el derecho de mi prójimo no será
avasallado, y si mi prójimo es responsable con sus obligaciones como persona,
mis derechos no estarán en peligro.
Viéndolo de esta
manera, tomando las palabras del Maestro de los maestros, Jesús, que dijo;
traten a los demás como les gustaría ser tratados ustedes. ¡Excelente principio
de convivencia!
Practicando esto no
habría problemas al relacionarnos con los demás, la vida en sociedad sería
diferente, mucho más distendida, más agradable y menos tensionada. ¿No le
parece maravilloso? Cuantas marchas nos
ahorraríamos, cuantos enfrentamientos inútiles, cuantas discusiones estériles,
y estaríamos continuamente promoviendo la paz, tan necesaria en la vida
familiar, entre amigos y en la sociedad toda.
Es en esto donde necesitamos ser sabios, es
para nuestro bien que debemos tomar las enseñanzas de la palabra de Dios. En ella
leemos lo siguiente; ¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella! Tus mandamientos son míos para siempre; me han hecho más sabio que mis enemigos. Entiendo más que todos mis maestros porque pienso mucho en tus mandatos. Entiendo más que los ancianos porque
obedezco tus preceptos. He
alejado mis pies de todo mal camino para cumplir tu palabra. No me he apartado de tus decretos porque
tú eres quien me enseña. Tu
promesa es más dulce a mi paladar que la miel a mi boca. De tus preceptos he sacado
entendimiento; por eso odio toda conducta falsa.
Tu
palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. (Salmo 119:97-105)
Cuan necesario es priorizar las obligaciones
que como personas tenemos, pues eso es lo que nos garantiza una buena convivencia
humana, donde los derechos del prójimo serán respetados sin tener necesidad de
estar exigiendo continuamente.
Eso también nos lleva a que nos valoricemos
como personas, que nos cuidemos y que el otro sea importante para mí. Saber que
el mayor derecho de los humanos es, el derecho a la vida y esto incluye también
el derecho a estudiar, capacitarnos, trabajar, tener tiempo de esparcimiento,
de sana diversión, derecho de desarrollar la vocación y las cualidades que
vayamos descubriendo, derecho a la familia y a disfrutar de todo lo bueno que
la vida nos otorga.
Bendiciones. Pastor Sosa
Bendiciones. Pastor Sosa
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