martes, 24 de julio de 2018

Deberes y Privilegios


El ser humano tiene deberes y privilegios desde el momento mismo que ha sido creado en este mundo. A los deberes les llamamos responsabilidad y a los privilegios les llamamos derechos. Estos deberes y privilegios nos fueron otorgados por el Creador del universo con el propósito de equiparnos para realizar la tarea que nos encargaba como seres humanos. Entonces dijo: Ahora hagamos al hombre a nuestra imagen. Él tendrá poder sobre los peces, las aves, los animales domésticos y los salvajes, y sobre los que se arrastran por el suelo.
Cuando Dios creó al hombre, lo creó a su imagen; varón y mujer los creó,  y les dio su bendición: Tengan muchos, muchos hijos; llenen el mundo y gobiérnenlo; dominen a los peces y a las aves,
y a todos los animales que se arrastran.
Después les dijo: Miren, a ustedes les doy todas las plantas de la tierra que producen semilla, y todos los árboles que dan fruto. Todo eso les servirá de alimento.  Pero a los animales salvajes, a los que se arrastran por el suelo y a las aves, les doy la hierba como alimento. Así fue,  y Dios vio que todo lo que había hecho estaba muy bien. De este modo se completó el sexto día. (Génesis 1:26-31)
Ahora bien es normal entre las personas reclamar sus derechos. Pero debemos darnos cuenta que yo, como persona no puedo obligar a mi prójimo a hacer algo que no quiere o no esta dispuesto a hacerlo. Por ejemplo; no puedo obligarlo a que me respete o a que haga algo por mí, me respetará si él considera que soy digno de respeto o me ayudará si quiere y si tiene ganas de hacerlo.
Yo puedo pedirle, puedo exigirle, puedo suplicarle, pero no puedo obligarle, eso lo debemos entender pues por causa de que eso no se tiene en cuenta, es que hay problemas que surgen en los momentos menos esperado
Sin embargo yo tengo poder y autoridad sobre mi mismo. Es ahí donde debemos poner el énfasis ¿Por qué? Muy sencillo, porque si yo cumplo con mis obligaciones con responsabilidad, sin dudar puedo asegurar que el derecho de mi prójimo no será avasallado, y si mi prójimo es responsable con sus obligaciones como persona, mis derechos no estarán en peligro.
Viéndolo de esta manera, tomando las palabras del Maestro de los maestros, Jesús, que dijo; traten a los demás como les gustaría ser tratados ustedes. ¡Excelente principio de convivencia!
Practicando esto no habría problemas al relacionarnos con los demás, la vida en sociedad sería diferente, mucho más distendida, más agradable y menos tensionada. ¿No le parece maravilloso?  Cuantas marchas nos ahorraríamos, cuantos enfrentamientos inútiles, cuantas discusiones estériles, y estaríamos continuamente promoviendo la paz, tan necesaria en la vida familiar, entre amigos y en la sociedad toda.
Es en esto donde necesitamos ser sabios, es para nuestro bien que debemos tomar las enseñanzas de la palabra de Dios. En ella leemos lo siguiente; ¡Cuánto amo tu enseñanza! ¡Todo el día medito en ella!  Tus mandamientos son míos para siempre; me han hecho más sabio que mis enemigos.  Entiendo más que todos mis maestros porque pienso mucho en tus mandatos.  Entiendo más que los ancianos porque obedezco tus preceptos.  He alejado mis pies de todo mal camino para cumplir tu palabra.  No me he apartado de tus decretos porque tú eres quien me enseña.  Tu promesa es más dulce a mi paladar que la miel a mi boca.  De tus preceptos he sacado entendimiento; por eso odio toda conducta falsa.  
Tu palabra es una lámpara a mis pies y una luz en mi camino. (Salmo 119:97-105)
Cuan necesario es priorizar las obligaciones que como personas tenemos, pues eso es lo que nos garantiza una buena convivencia humana, donde los derechos del prójimo serán respetados sin tener necesidad de estar exigiendo continuamente.
Eso también nos lleva a que nos valoricemos como personas, que nos cuidemos y que el otro sea importante para mí. Saber que el mayor derecho de los humanos es, el derecho a la vida y esto incluye también el derecho a estudiar, capacitarnos, trabajar, tener tiempo de esparcimiento, de sana diversión, derecho de desarrollar la vocación y las cualidades que vayamos descubriendo, derecho a la familia y a disfrutar de todo lo bueno que la vida nos otorga.  
Bendiciones. Pastor Sosa


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