Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres. Porque nosotros también éramos en otro tiempo insensatos, rebeldes, extraviados, esclavos de concupiscencias y deleites diversos, viviendo en malicia y envidia, aborrecibles, y aborreciéndonos unos a otros. Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna. Palabra fiel es esta, y en estas cosas quiero que insistas con firmeza, para que los que creen en Dios procuren ocuparse en buenas obras. Estas cosas son buenas y útiles a los hombres. Pero evita las cuestiones necias, y genealogías, y contenciones, y discusiones acerca de la ley; porque son vanas y sin provecho. Al hombre que cause divisiones, después de una y otra amonestación deséchalo, sabiendo que el tal se ha pervertido, y peca y está condenado por su propio juicio. Tito 3
La rebeldía humana por causa del autoritarismo se manifiesta en no aceptar ningún tipo de autoridad, que quiera establecer dirección o corrección sobre su diario andar, eso es común a toda persona, no hace diferencia entre autoridad y autoritarismo. Además se puede ver desde temprana edad, los niños ya rechazan o cuestionan la autoridad de sus padres, cuando son corregidos por sus progenitores los acusan de ser malos o se sienten maltratados por los mismos. Los estudiantes cuando son reprobados, culpan a los docentes, el ciudadano se molesta cuando un inspector de tránsito lo detiene en algún control de rutina. Estos son algunos ejemplos, pero hay mucho más de estos y usted los conoce.
Pero gracias a Dios que Cristo vino, para librarnos de estas conductas o actitudes rebeldes, porque esas conductas o actitudes, son consecuencias de estar separados de Dios, por causa del pecado de desobediencia. El Señor nos hace libre de toda rebeldía interior, cuando por medio de la fe, aceptamos a Cristo en nuestra vida como salvador y Señor nuestro. La biblia dice; Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. 1 Corintios 6:11. Antes de conocer al Señor Jesucristo, teníamos esas conductas equivocadas, pero ahora que el Señor nos perdonó y limpió nuestro corazón, esas conductas ya no deben permanecer porque somos nuevas criaturas.
Siempre debemos recordar que, lo único que nos hace diferente, es la presencia de Cristo en nuestro corazón, de no ser así, seriamos igual al resto de las personas que no conocen a Dios ni su palabra, por lo tanto viven vidas equivocadas, con principios y valores diferentes a los establecidos por Dios. Por eso es necesario permanecer en Cristo y sus enseñanzas de vida, para no cometer los mismos errores que los demás. Todo lo bueno que puede salir de nosotros, no es nuestro sino de Dios, de nosotros sale lo malo, lo pecaminoso aun cuando no lo queramos reconocer. Jesús dijo que de nuestro corazón sale todas las cosas malas y que son contaminantes; Porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimonios, las blasfemias. Mateo 15:18. Solamente la sangre de Cristo puede limpiar ese corazón rebelde y contaminante, cuando entregamos nuestra vida a Cristo. Permaneciendo en Cristo y con su palabra guiando nuestro camino, todo esto es posible.
Los abraza en Cristo. P. Sosa.
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