jueves, 14 de diciembre de 2023

En tiempos de ajustes económicos.

 

Recordar lo que Jesús nos enseñó.

Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo? Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:25-34

Cada persona en este mundo tenemos necesidades que satisfacer, como así también gustos y deseos que no siempre son prioritarias. Pero, ocurre muchas veces que se confunde, lo que se necesita con lo que se quiere. Las necesidades son impostergables, como ser de beber, comer, vestirse, tener una vivienda y un lugar de trabajo para ganarse el sustento. También es verdad que, lo que más preocupa a las personas muchas veces son, los gustos y deseos que no pueden satisfacer sin poner en peligro las necesidades.

Los creyentes en Cristo tenemos aseguradas todas nuestras necesidades básicas. Dios se encarga de eso como el buen Padre celestial y como el buen pastor. El salmista escribió; El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Salmo 23. Dios es fiel a sus promesas y su palabra es verdadera, todo lo que dice lo cumple. Ahora bien, prestemos atención que Dios siempre se ocupa de satisfacer nuestras necesidades, no siempre nuestros deseos o gustos, aunque a veces también lo hace.

En este tiempo de mucha dificultad económica, descansemos en el Señor, siempre tendremos lo que Él sabe que necesitamos. El apóstol Pablo escribió; Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
Al Dios y Padre nuestro sea gloria por los siglos de los siglos. Amén. Filipenses 4:19

Con responsabilidad y empatía, separemos las necesidades familiares de los gustos o deseos personales. Administremos con sabiduría los recursos que tengamos, seamos agradecidos a Dios por sus provisiones, y disfrutemos de todo lo bueno que Dios nos permite en la vida.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

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