miércoles, 4 de octubre de 2023

Liderazgo cristiano. ¿Un trabajo, o una vocación?

Las Sagradas Escrituras declaran cómo debe ser la que pastorea una congregación de hijos de Dios.

Si alguien aspira al cargo de presidir la comunidad, a un buen trabajo aspira. Por eso, el que tiene este cargo ha de ser irreprensible. Debe ser esposo de una sola mujer y llevar una vida seria, juiciosa y respetable. Debe estar siempre dispuesto a hospedar gente en su casa; debe ser apto para enseñar; no debe ser borracho ni amigo de peleas, sino bondadoso, pacífico y desinteresado en cuanto al dinero. Debe saber gobernar bien su casa y hacer que sus hijos sean obedientes y de conducta digna; porque si uno no sabe gobernar su propia casa, ¿cómo podrá cuidar de la iglesia de Dios? Por lo tanto, el dirigente no debe ser un recién convertido, no sea que se llene de orgullo y caiga bajo la misma condenación en que cayó el diablo. También debe ser respetado entre los no creyentes, para que no caiga en deshonra y en alguna trampa del diablo. 1 Timoteo 3:1-7

Lo más lindo que le puede ocurrir a una persona, es ser llamado por Dios para servirle, poniéndolo al frente de una congregación, para atender a las personas que Dios rescató de una vida de perdición. El propósito del llamado siempre es para servir al prójimo, dándole enseñanza bíblica, alimento espiritual y llevarlo por el camino de santidad que conduce a la vida eterna. Entendiendo que las personas, no son objetos, ni trofeos de su propiedad, sino que son personas que pertenecen a Dios, quien ha perdonado sus pecados, lavándolas con la sangre de Cristo y adoptándolas como hijos. Por lo tanto, son personas muy valiosas para Dios y deben ser tratadas con amor, exhortándolas con la palabra y consolándolas en tiempo de pruebas.

Es por eso que la persona que quiere liderar una congregación, debe reunir todos los requisitos bíblicos que lo habiliten como tal. Su vida debe servir de inspiración para los demás, porque al estar en esa posición, es un ejemplo a seguir.

Recordando siempre que Dios al final pedirá cuenta de su trabajo, para recompensarlo. Dicen las Sagradas Escrituras; Compórtense no como si ustedes fueran los dueños de los que están a su cuidado, sino procurando ser un ejemplo para ellos. Así, cuando aparezca el Pastor principal, ustedes recibirán la corona de la gloria, una corona que jamás se marchitará. 1 Pedro 5:1-4

Por último, por favor la persona que esté tratando de congregarse con algún grupo, buscando ayuda para satisfacer una necesidad espiritual, tenga en cuenta esto, para no caer en el engaño de alguna secta que terminará arruinando su vida y familia.

Los abraza en Cristo. P. Sosa.

 

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